Hace más de 500 años, cuando llegaron los conquistadores españoles, la Península de Yucatán (México) no era un lugar muy distinto al que conocemos ahora. Allí donde 194 países se reunieron en la Cumbre del Clima, la civilización maya alcanzó la gloria, y la perdición. A dos años de cumplirse la profecía maya, y de culminar el Protocolo de Kioto en 2012, el cambio climático parece la señal de nuestro propio declive.
El buque Hespérides ha partido hoy de Cádiz dando el pistoletazo de salida a la expedición Malaspina 2010, un proyecto interdisciplinar liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para evaluar el impacto del cambio global en el océano y estudiar su biodiversidad.
Al Hespérides se le unirá, en enero del próximo año, el Sarmiento de Gamboa. Entre ambos acumularán cerca de 9 meses de navegación y 33.000 millas náuticas (una milla náutica equivale a poco más de 1,8 kilómetros).
Investigadores españoles han hallado por primera vez en el Mediterráneo occidental fósiles de conodontos del Ordovícico de entre 446 y 444 millones de años de antigüedad. El hallazgo de estos vertebrados marinos muy primitivos ha contribuido a la reconstrucción de la paleogeografía de la Cordillera Bética. Según el estudio, en esa época el sistema montañoso del sur de la Península Ibérica se situaba junto a los Alpes.
La Reducción de Emisiones por la Deforestación y la Degradación forestal (REDD) es uno de los puntos fuertes de la negociación en la Cumbre del Clima de Cancún (México). A pesar de los notables avances, las comunidades indígenas, las más afectadas por la degradación y la tala de los bosques, y las emisiones de CO2, mantienen, paradójicamente, su oposición.
Algunos de los fósiles de conodontos del Ordovícico.
La Universidad de Zaragoza ha descubierto en el municipio oscense de Arén fósiles de una nueva especie de dinosaurios hadrosáurido del subgrupo de los lambeosaurinos (con cresta), que se creía que nunca había existido en Europa, aunque sí en Asia y América. La revista geológica canadiense Canadian Journal of Earth Science acaba de publicar en su último número (diciembre de 2010) un trabajo con la descripción del nuevo dinosaurio hadrosáurido (“pico de pato”) español, llamado Blasisaurus canudoi.