Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas muestra la evolución de la vegetación y el impacto de las actividades humanas en el lago Arreo (Álava). El análisis de los sedimentos ha revelado la huella de la llamada Anomalía Climática Medieval, un período marcado por las altas temperaturas y la aridez.
El aumento de temperatura que está experimentando el planeta se ha repartido de forma desigual a lo largo del último siglo. En concreto, las temperaturas mínimas nocturnas han crecido 1,4 veces más que las temperaturas máximas diurnas. Este fenómeno ha provocado la alteración de los flujos de carbono y del crecimiento vegetal en el hemisferio norte, según revela una investigación internacional en la que ha participado el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y que se publica hoy en la revista Nature.
John Mainstone frente al experimento. / Universidad de Queensland
Un estudio de la Universidad de Oviedo evidencia por primera vez que el aumento del CO2 atmosférico provocó la subida de las temperaturas en un periodo más cálido que el actual y con un nivel de concentraciones de dióxido de carbono similar al esperado para finales de este siglo. El avance, publicado en Nature, ha sido posible al averiguar el historial de adaptación de las algas marinas a distintas concentraciones de CO2.
Imagen del volcán el volcán Anak Krakatoa. / Efe
El Krakatoa explotó el 27 de agosto de 1883.
En la época de dominación romana se llevó a cabo en la Península Ibérica una intensa actividad minera. Ahora, dos milenios después, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en colaboración con el Instituto Geológico y Minero de España, ha reconstruido el proceso de explotación de una de las grandes minas de oro romanas de Galicia, la de Os Biocos, situada en el municipio de San Xoán de Río (Ourense).