Un estudio con participación del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) analiza por primera vez las consecuencias del cambio climático sobre el árbol de la vida de Europa, en concreto, sobre las relaciones evolutivas de plantas, aves y mamíferos. Según las previsiones de los científicos, reflejadas en el último número de la revista Nature, el sur del continente, la región actualmente más amenazada por el cambio climático, podría registrar una “pérdida generalizada” de diversidad biológica.
En los últimos 30 años ha descendido el número de playas donde anidan las tortugas marinas, el número de hembras que acuden a poner sus huevos, el número que hace eclosión y la tasa de supervivencia de las crías. Uno de los factores responsables de esta situación es un grupo de cepas del hongo Fusarium solani, según confirma una investigación publicada en FEMS Microbiology Letters.
Así lo ha destacado hoy en Madrid Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC). Según Figueres, los Acuerdos de Cancún supusieron un gran paso para los países pero fueron “insuficiente”. La esperanza de alcanzar un acuerdo vinculante en la próxima cumbre de Durban (Sudáfrica) parece desvanecer.
Christiana Figueres (centro), junto a Teresa Ribera, y Enrique V. Iglesias.
Cría de tortuga boba (Caretta caretta).
Cuando se pensaba que en la Península Ibérica estaban ya descubiertas casi todas las plantas, investigadores españoles han descubierto Taraxacum decastroi y Taraxacum lacianense, dos “dientes de león” de los Pirineos y de la Cordillera Cantábrica, respectivamente. El hallazgo confirma la situación privilegiada de España como foco de biodiversidad.
El hueso de pie encontrado corresponde al cuarto metatarso y su forma coindice con los arcos del pie humano