Investigadores de la Universidad de Oviedo han analizado el ADN de merluzas enteras y en piezas que se comercializan en España, y han encontrado que las etiquetas del 38,9% de las muestras indicaban mal el nombre de la especie o su origen geográfico. El estudio sugiere que se está cometiendo un “fraude” al etiquetar merluzas africanas como europeas o americanas.