En los últimos nueve años, unos 6.115 rinocerontes han sido asesinados en Sudáfrica (sobre todo en el Parque Nacional de Kruger, fincas privadas o áreas de conservación más pequeñas) por cazadores furtivos que buscan sus cuernos para venderlos en el lucrativo mercado de la medicina tradicional asiática. Así la actividad ha aumentado en un 9.000% entre 2009 y 2016 en este país que cuenta con la mayor población de rinocerontes del mundo.
Solo una minoría de los rinocerontes sobrevive a la mutilación de sus cuernos con sierra o con hacha, pero algunos de ellos logran recuperarse gracias a la organización Saving the survivors ("salvando a los supervivientes") que trabaja con los animales más perjudicados.
Los expertos limpian y curan las heridas profundas producidas a consecuencia de la amputación de sus cuernos, así como otras lesiones asociadas a los disparos de los cazadores. Para ello, estos mamíferos de dos toneladas tienen que ser sedados y la tarea no es siempre fácil. Solo en 2016 más de mil rinocerontes han sido asesinados.