El traslado de ejemplares de fauna silvestre desde un lugar a otro se ha convertido en una herramienta de restauración ecológica utilizada en todo el mundo. En unos casos se emplea para salvar a especies en peligro de extinción y en otros para recuperar procesos naturales en los ecosistemas, según cuenta Ignacio Jiménez, especialista en translocación y conservación de la UICN.
Un equipo internacional de científicos, con participación del Instituto Catalán de Paleocología Humana y Evolución Social, ha recuperado datos genéticos de un Stephanorhinus de hace 1,7 millones de años, los más antiguos registrados hasta el momento. El hallazgo abre un nuevo capítulo para saber la relación entre especies extinguidas y el proceso hasta los humanos modernos, entre otros aspectos.
Hace 110.000 años 40 especies de fauna poblaron la zona de lo que hoy es Lugo, según se extrae del estudio de 1.400 restos fósiles encontrados en el yacimiento Valdavara 3, en Becerreá, en una trampa natural frecuentada por neandertales.
Tras desaparecer en el año 2000, el bucardo, una subespecie de cabra montesa de los Pirineos, fue el primer animal del mundo en desextinguirse en 2003, pero solo durante unos minutos. Desde entonces no se ha logrado devolver a la vida a ninguna otra especie, aunque la ciencia actual sí permitiría ‘resucitar’ a un neandertal o incluso a Elvis Presley, según cuenta la científica británica Helen Pilcher. Aun así, la experta considera que estas tecnologías serían más eficaces para salvar especies al borde de la extinción.
El rinoceronte mutilado, imagen ganadora del Wildlife Photographer 2017. / © Brent Stirton / Wildlife Photographer of the Year 2017
Nola. / Zoo de San Diego
Salvar a los últimos grupos del rinoceronte salvaje de Sumatra (Dicerorhinus sumatrensis) es el objetivo de un estudio que identifica, por primera vez, las zonas de protección forestal prioritarias e "insustituibles para salvar la especie en peligro crítico", según los autores. Se estima que, en la actualidad, tan solo existen entre 87 y 179 ejemplares en Indonesia.
La población de elefantes está disminuyendo a un ritmo del 2% cada año en África a causa de la caza furtiva. / Miquel García