Un equipo de científicos ha encontrado en Nataruk (Kenia) los vestigios de una verdadera batalla campal entre dos grupos de humanos que vivieron hace unos 10.000 años. Los huesos presentan signos de golpes, roturas y heridas de flecha. Los investigadores creen que es el caso de violencia organizada más antiguo que se ha registrado científicamente, un precursor de lo que hoy llamamos ‘guerra’.
Un equipo internacional de científicos ha identificado que la interleucina-37, un tipo de proteína que actúa fundamentalmente como regulador de las respuestas inmunitaria e inflamatoria, promueve la recuperación locomotora en lesiones agudas de la médula espinal. La investigación, publicada en la revista PNAS, también puede abrir las puertas al tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.
Un estudio de la Universidad de Santiago de Compostela demuestra que las señales de contaminación por metales en el norte de la península ibérica se remontan al Calcolítico, y son los más antiguos detectados en dicho territorio.
El estudio de un enterramiento neolítico burgalés ha desvelado las costumbres funerarias de una comunidad que habitó la zona hace 3.700 años. Unos 47 adultos y adolescentes fueron sepultados en el mismo lugar durante cien años. Los análisis de ADN indican que estos individuos eran parientes.
Un estudio, liderado por la Universidad de Oviedo, ha realizado una radiografía la dispersión urbana en España. El trabajo advierte sobre sus riesgos y propone a los líderes políticos que acometan nuevas medidas de restricción del suelo. La utilización de ortofotos revela que nuestro país se ha dividido entre núcleos muy compactos y otros con niveles de diseminación comparables a Estados Unidos o Iberoamérica.
El peor de los escenarios se produce cuando los fenómenos llamados Oscilación del Atlántico Norte y patron del Atlántico Este se hallan en fases contrarias, como sucedió en los primeros años de la pasada década. Durante este periodo, la absorción de CO2 fue inferior a la media. Últimamente estos dos fenómenos climáticos han estado en la misma fase y los ecosistemas han retirado más carbono de la atmósfera. Pero parece que próximamente puede repetirse un episodio negativo.
Cuando Charles Darwin visitó las islas Azores en el siglo XIX, observó aves que le eran familiares; pero si hubiera viajado 500 años antes se habría encontrado con una ornitofauna tan peculiar como la de las Galápagos. El reciente hallazgo en este archipiélago y en el de Madeira de cinco especies extintas de rascones, que pierden la capacidad de volar al evolucionar en las islas, confirma su fragilidad ante cambios como los que debieron producirse tras las primeras visitas humanas, hace más de 500 años.