Durante quince años, el sistema nacional de salud de Dinamarca ha registrado los historiales clínicos de 6,3 millones de ciudadanos. Con todos esos datos en la mesa, un equipo de biofísicos ha utilizado técnicas de bioinformática para extraer patrones que unen enfermedades como la artritis, distintos tipos de cáncer y diabetes. Los especialistas esperan que esta hoja de ruta sea de ayuda para establecer tratamientos médicos más personalizados.
Los genes que aumentan el riesgo de esquizofrenia también pueden intensificar la probabilidad de consumir cannabis, según un nuevo estudio dirigido por el Kings College de Londres y publicado hoy en la revista Molecular Psychiatry.
El microbioma de cada persona viaja en su smartphone. Un estudio de la Universidad de Oregón (EE UU) analizó los microbios de los dedos pulgar e índice de 17 individuos y los comparó con los que había en las pantallas de sus teléfonos. Hallaron las bacterias más comunes en humanos: Estreptococos, Estafilococos y Corynebacterium con una coincidencia microbiana entre los usuarios y sus dispositivos del 82%.
Investigadores de la Universidad de Granada han diseñado un nuevo sistema de imagen que consigue hasta 12 veces más información de color que el ojo humano y que las cámaras convencionales, lo que supone un total de 36 canales de color. El avance puede ayudar al desarrollo de nuevos sistemas de conducción asistida de vehículos, identificar billetes y documentos falsos u obtener imágenes médicas mucho más completas que las actuales.
Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos, junto a un equipo portugués, han aplicado un novedoso método de control de sistemas caóticos a un modelo matemático del cáncer. Los resultados ayudan a evitar el crecimiento incontrolado de células tumorales y la desaparición de tejido sano.
Un equipo de investigadores estadounidenses ha realizado un estudio que demuestra que el autocontrol se puede potenciar si contextualizamos los efectos en el tiempo de nuestras tentaciones. Los científicos realizaron un experimento que demostró que escoger entre una recompensa monetaria inmediata menor y otra lejana aunque superior depende de la formulación de las preguntas.
Hace 3.500 millones de años el cráter marciano Gale, por donde ahora se mueve el rover Curiosity, estuvo cubierto de glaciares, sobre todo en su montaña central. También discurría agua líquida muy fría por los ríos y lagos de las zonas más bajas, en paisajes parecidos a los que hoy se pueden encontrar en Islandia o Alaska. Así lo refleja un análisis de las imágenes tomadas por las naves que orbitan el planeta rojo.