La serie 'Los secretos de tu cerebro' es un proyecto de la Universidad de Navarra que recoge los últimos avances de las neurociencias sobre el funcionamiento de nuestro cerebro. Su último capítulo trata sobre las adicciones.
Muerto viviente, silencio atronador y monstruo hermoso. Son tres ejemplos de oxímoron, una combinación de dos palabras que al juntarse cambian su significado individual, y que además generan una intensa actividad en el área frontal izquierda del cerebro. Así lo refleja un estudio que investigadores del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) de San Sebastián publican en la revista NeuroImage. El trabajo demuestra científicamente cómo las figuras retóricas estimulan la actividad cerebral.
Cuando una persona se rompe un brazo y debe dejarlo quieto, las regiones de su cerebro ocupadas de las actividades del otro brazo aumentan de tamaño, mientras que disminuyen las relacionadas con el miembro impedido. Un estudio de la Universidad de Zúrich muestra que la inmovilización induce una rápida reorganización del sistema sensoriomotor.
La ingesta de bebidas alcohólicas provoca la secreción de endorfinas en determinadas zonas del cerebro, lo que produce sensaciones de placer que podrían conducir a la adicción. Un estudio de la Universidad de California ha observado por primera vez en humanos este fenómeno, sobre el que se lleva especulando más de treinta años.
Una investigación del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (Incyl), centro vinculado a la Universidad de Salamanca, ofrece nuevas claves sobre los efectos de acostumbrar al cerebro en las primeras etapas de crecimiento a escuchar cierto tipo de sonidos. El estudio muestra que las ratas inmaduras se vuelven hipersensibles hacia los sonidos a los que han sido expuestas, lo que determina el importante papel del colículo inferior del cerebro en este proceso. Este fenómeno de sensibilización hacia los sonidos tiene importantes implicaciones prácticas en el caso del ser humano, por ejemplo, en el aprendizaje de idiomas, que resulta mucho más efectivo en niños de corta edad.
Investigadores estadounidenses han estudiado la actividad cerebral de futbolistas amateurs y han concluido que realizar entre 1.000 y 1.500 remates de cabeza al año puede provocar consecuencias similares a las de un traumatismo cerebral.
Con la primera lectura de una palabra, el cerebro la codifica visual y fonéticamente. Cuando el término se aprenda, será reconocido solo de forma visual, como si fuera un objeto sin parte sonora, lo que agiliza el proceso lector. A esta conclusión han llegado científicos estadounidenses que confían en que su hallazgo ayude a corregir problemas como la dislexia.
Un equipo liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto que los astrocitos, las células más abundantes del cerebro, cumplen un papel clave en el desarrollo del alzhéimer. Hasta ahora se conocía que la inflamación del cerebro asociada a la enfermedad se desencadena por la acción de las células microgliales, encargadas de la defensa del sistema nervioso central. Este nuevo trabajo ha determinado que los astrocitos también intervienen activamente porque en ellos transcurre una fase esencial del proceso inflamatorio.
El estudio de imágenes cerebrales de personas en distintas fases de su adolescencia sugiere que el cociente intelectual factor puede subir y bajar durante esta etapa de la vida.