Un nuevo modelo paleoclimático muestra que el ritmo del calentamiento actual del planeta, debido a las emisiones antropogénicas de dióxido de carbono, va mucho más rápido que los aumentos de temperatura más bruscos de todo el Fanerozoico, responsables de extinciones masivas.
Las concentraciones de este potente gas de efecto invernadero se han elevado a una velocidad récord en los últimos cinco años. Al menos dos tercios de sus emisiones a la atmósfera proceden ahora de actividades humanas, como el uso de combustibles fósiles, la ganadería y los vertederos.
Un estudio de modelización realizado con datos de 854 ciudades europeas calcula las defunciones actuales y futuras por temperaturas cálidas y frías. Publicado en The Lancet Public Health, señala que los fallecimientos por calor se triplicarán en todo el continente a finales de este siglo.
Un equipo del Clínic Barcelona-IDIBAPS ha liderado un gran metaanálisis donde se relacionan las cada vez más altas temperaturas con un incremento de un 5 % en los casos de suicidio, un aumento que podría llegar al 7 % en 2050. Además, el trabajo vincula la exposición a disolventes o contaminantes con la demencia, deterioro cognitivo y algunos trastornos mentales.
Un análisis de los sedimentos oceánicos revela un ciclo de 2,4 millones de años donde se conectan las órbitas del planeta rojo y el nuestro con variaciones en el clima y las corrientes del fondo marino. El estudio sugiere que remolinos gigantes en océanos que se calientan podrían contrarrestar el previsible estancamiento de la corriente del Golfo.
Las ministras para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, de Sanidad, Mónica García, y de Ciencia, Diana Morant, han detallado los objetivos de este nuevo organismo interdisciplinar, que abordará transversalmente el impacto de la crisis climática en la salud. El observatorio coordinará el trabajo de seguimiento, anticipación y valoración de las medidas que se tomen, además de ofrecer apoyo científico y técnico a las Administraciones Públicas.
El Servicio de Cambio Climático de este programa europeo revela que el año pasado la temperatura media se situó 1,48 ºC por encima de los niveles térmicos de referencia preindustriales, cerca del límite crítico de 1,5 °C planteado frente al calentamiento global.
El pacto al que se llega el día después de la fecha prevista para el fin de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático consigue mantener el objetivo de París de no superar el umbral de seguridad de calentamiento global que marca la ciencia: 1.5 ºC sobre los niveles preindustriales. En él se pide a los Estados iniciar una transición para alejarse de los hidrocarburos, "de manera ordenada y equitativa".
Además del secuestro de los gases de efecto invernadero de la atmósfera, hay que apostar por restaurar la naturaleza, según Alícia Pérez-Porro, coordinadora científica del CREAF. El énfasis, señala, tiene que ir más allá del clima, para atender también otras necesidades como lo que vamos a respirar, comer o beber.
La estimación del Servicio de Cambio Climático de Copernicus tiene en cuenta las variaciones registradas en la temperatura del aire en superficie, la cobertura de hielo marino y las variables hidrológicas a escala mundial. Entre las mediciones, se destaca que la extensión de la superficie helada de la Antártida fue la segunda más baja para un mes de noviembre.