El pacto al que se llega el día después de la fecha prevista para el fin de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático consigue mantener el objetivo de París de no superar el umbral de seguridad de calentamiento global que marca la ciencia: 1.5 ºC sobre los niveles preindustriales. En él se pide a los Estados iniciar una transición para alejarse de los hidrocarburos, "de manera ordenada y equitativa".
Guterres asegura que hay que ofrecer un plan claro para triplicar las energías renovables y duplicar la eficiencia energética, sin dejar de abordar la causa fundamental de la crisis climática: la producción y el consumo de gas y petróleo. Esta transformación debería tener en cuenta "el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, en función de las circunstancias nacionales", en sus palabras.
Además del secuestro de los gases de efecto invernadero de la atmósfera, hay que apostar por restaurar la naturaleza, según Alícia Pérez-Porro, coordinadora científica del CREAF. El énfasis, señala, tiene que ir más allá del clima, para atender también otras necesidades como lo que vamos a respirar, comer o beber.
La estimación del Servicio de Cambio Climático de Copernicus tiene en cuenta las variaciones registradas en la temperatura del aire en superficie, la cobertura de hielo marino y las variables hidrológicas a escala mundial. Entre las mediciones, se destaca que la extensión de la superficie helada de la Antártida fue la segunda más baja para un mes de noviembre.
Hacer más operativa la justicia y dotarla de nuevas herramientas para una adaptación climática más efectiva es uno de los objetivos principales del trabajo de Susana Borràs. Esta profesora de derecho ambiental estudia aspectos de esta emergencia, como la justicia climática, los derechos humanos ambientales y el de las personas que defienden el medio ambiente.
Un grupo de investigadores australianos propone utilizar la capacidad de las herramientas de gestión oceánica existentes para trasladarlas a una configuración de pronósticos para los ecosistemas. Aseguran que la anticipación de las condiciones de la naturaleza ante fenómenos climáticos extremos puede ayudar a tomar decisiones proactivas.
La ventana para no superar los 1,5 °C se está cerrando a un ritmo acelerado. Sin embargo, es fundamental reducir al máximo la magnitud y el tiempo en que estemos por encima de esa cifra. Un informe presentado hoy durante la COP28 de Dubái, en el que participa Marcos Fernández del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales, apunta una decena de mensajes urgentes para la hoja de ruta que marcará esta cumbre.
En su discurso de apertura de la cumbre de líderes de la COP28, que se celebra en Dubái, António Guterres ha asegurado que, para evitar el colapso planetario, los gobiernos deben acordar la eliminación progresiva de todos los combustibles fósiles. A los dirigentes de las empresas petroleras les ha pedido que no sigan apostando por un modelo de "negocio obsoleto".
Cuando entre en vigor la próxima legislación, ya no servirán las estimaciones de un laboratorio sino los gases liberados por los coches circulando en carretera, según adelanta esta experta española del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea. La química considera que ella y su equipo son el 'brazo' científico del órgano ejecutivo continental, anticipando problemas que permitan avanzar hacia una mejor calidad del aire.
Un estudio, liderado por ISGlobal Blarcelona, ha revisado al alza las estimaciones hechas hasta ahora sobre los fallecimientos asociados a temperaturas récord que soportó el continente europeo en los meses estivales del año pasado.