El peligro extremo por falta de agua lo sufren también espacios forestales del sur de Australia, el noroeste del Amazonas y de los Estados Unidos, según un estudio internacional liderado por investigadores españoles. El trabajo describe un nuevo modelo predictivo para caracterizar los ecosistemas más vulnerables.
El Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos lidera un estudio sobre la degradación y posible desaparición de uno de los glaciares más extensos de los Pirineos. La investigación se basa en diez años de trabajos de monitorización mediante técnicas geomáticas.
El pasado agosto fue el más cálido desde que existen ediciones y el segundo más caluroso entre todos los meses, después del último julio, que rompió todos los récords, según ha informado la Organización Meteorológica Mundial.
Estos ecosistemas costeros están en riesgo por el calentamiento global. Su función es esencial para sistemas insulares, ya que reducen la energía de las olas, protegen las costas y proporcionan hábitats a distintas especies.
El hallazgo, producido en el suroeste de Portugal y en el que participa un investigador de la Universidad de Sevilla, supone una oportunidad única para luchar contra el cambio climático.
Los ecosistemas de agua dulce representan cerca de la mitad de las emisiones globales de metano. Un estudio, en el que participa el Centro de Estudios Avanzados de Blanes del CSIC, concluye que la cantidad de metano que sale de los ríos depende poco de la temperatura del agua y mucho, de las características del entorno. El trabajo ha sido publicado en la revista Nature.
El proyecto europeo FirEUrisk, en el que participa el CSIC, destaca la importancia de educar a la población en prevención y toma de decisiones para salvar vidas cuando las llamas se acercan. Las herramientas desarrolladas integran los factores de riesgo y la supresión del fuego, tomando en consideración las condiciones climáticas, pero también a las personas, infraestructuras e impactos socioeconómicos.
Algunos de ellos podrían perder hasta el 70 % de su medio para finales de siglo. Esta es la conclusión de una investigación en doce especies de peces altamente migratorios y con alto valor económico y ecológico como los tiburones, el atún o el pez espada.
En todo el mundo, la gente valora la naturaleza de formas diferentes y profundas que van más allá del uso económico de los recursos naturales. Sin embargo, esas formas diversas en las que las personas valoran el medioambiente no se reflejan adecuadamente en la toma de decisiones políticas y económicas. Esa infravaloración de la naturaleza es la base de la crisis ambiental a la que nos enfrentamos, según un estudio coordinado por el Centro Vasco de Cambio Climático.
Las altas temperaturas y la ausencia de agua provocan una vegetación más seca y una disminución del alimento para estos animales. Las actuales condiciones climáticas reducen la reproducción y supervivencia de la especie, que se aleja del interior de las zonas urbanas.