El reloj penal no concuerda con el biológico. Estudios con imágenes cerebrales muestran que la madurez de este órgano, en muchos casos, está lejos de los 18 años, la edad que separa al menor del adulto ante un delito en países como España. Los científicos advierten que las diferencias individuales, los genes y el entorno marcan un desarrollo cerebral distinto en cada persona.
Una investigación con participación española ha descubierto un mecanismo hasta ahora desconocido que permite a la corteza cerebral plegarse formando surcos, lo que aumenta su superficie y le da el aspecto ‘arrugado’ característico de nuestra especie y otros mamíferos, como los primates. El trabajo se publica esta semana en la revista Cell.
Un estudio recientemente, publicado en la revista PLOS Biology, ofrece información que cambia sustancialmente la idea que se tenía sobre el proceso de formación del cerebro de los vertebrados y arroja luz sobre cómo podría haber evolucionado. Para llevar a cabo la investigación se ha utilizado como modelo el cerebro de un organismo no vertebrado, el anfioxo.
El cerebro cambia físicamente en respuesta a un programa de entrenamiento cognitivo. Así concluye una nueva investigación, publicada en la revista Brain Structure and Function, que revelan cómo los individuos con menor capacidad son los más beneficiados.
Un equipo internacional de investigadores, juristas, empresarios y pacientes introduce con éxito métodos de reflexión y debate públicos sobre las técnicas de mejora del rendimiento cerebral. Como parte del proyecto NERRI, Neuromejora Investigación e Innovación Responsables, el equipo ha desarrollado más de 60 actividades de aprendizaje mutuo en 11 ciudades europeas.
Los primates, humanos y no humanos, tienen un cerebro grande no tanto por ser sociables, sino más bien por lo que comen, según un estudio de la Universidad de Nueva York (EE UU). La investigación contradice la hipótesis del cerebro social, que atribuye el tamaño cerebral únicamente a la socialización y revela que los primates que comen frutas tienen alrededor de un 25% más de tejido cerebral que las especies que comen plantas.
La amígdala, una región del cerebro tradicionalmente asociada al miedo, posee neuronas encargadas de responder y transmitir información relacionada con hechos agradables. Así lo indica un nuevo estudio, publicado en Neuron, que afirma como la mayoría de las neuronas de la amígdala participan en el circuito de recompensa cerebral.
Tomas una píldora para aliviar la ansiedad. Lo que no te esperas es que su principio activo sea una bacteria que vaya directa a tu intestino y desde ahí avise al cerebro para calmar tus nervios. Es un psicobiótico. Investigaciones en modelos animales han demostrado el potencial de algunos microorganismos para tratar diferentes trastornos mentales, pero los científicos advierten que es un área de estudio muy incipiente, donde escasean los ensayos con humanos.
La gran pregunta es cómo llegan los psicobióticos a tener efectos sobre la psique. Lo explicamos en esta infografía. José Antonio Peñas | SINC
Un investigador del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos ha liderado un estudio sobre la importancia del precúneo, la zona media de la corteza parietal superior, que resulta clave para integrar informaciones sobre el cuerpo y sobre el ambiente exterior.