Las temperaturas han llegado a superar los 45 grados Celsius en el noroeste de EE UU y oeste de Canadá. La Organización Meteorológica Mundial advierte que con la crisis climática, eventos excepcionales como estos se vuelven más comunes y prolongados, lo que supone una amenaza para la salud de las personas, la agricultura y el medio ambiente.
Las regiones árticas y subárticas, las más afectadas por la subida de las temperaturas, tienen las mayores reservas de carbono terrestre. Estas zonas se están calentando a un ritmo aproximadamente dos veces superior a la media mundial.
Un estudio internacional de científicos, con participación española, ha estimado por primera vez el número de fallecimientos por calor que se pueden asociar a la crisis del clima. España es uno de los países del sur de Europa donde se ha observado mayor calentamiento y donde el 30 % de las muertes por esta causa se debe al cambio climático.
Hábitats perturbados y temperaturas alteradas son algunos de los cambios que ya sufren algunas especies debido a la crisis climática. Para predecir qué animales podrán adaptarse mejor al cambio climático, un estudio se ha centrado en el pez espinoso, protagonista del #Cienciaalobestia, capaz de sobrevivir a variaciones de salinidad del agua y de temperatura en tan solo una estación.
Ayer daba comienzo la Cumbre de Líderes sobre el Clima, una conferencia virtual organizada por la Casa Blanca en la que participan 40 líderes internacionales. Joe Biden, presidente estadounidense, en su regreso a las negociaciones climáticas se ha comprometido a recortar sus emisiones entre un 50 % y un 52 % para el final de esta década.
La energía solar es una de las mayores aliadas en la lucha contra la crisis climática y en el cumplimiento del Acuerdo de París, firmado hace hoy cinco años. En España, el objetivo es multiplicar por cuatro la potencia instalada para 2030. Pero las descomunales plantas fotovoltaicas que proliferan ya están transformando el paisaje natural y alterando el hábitat de la vida silvestre.
22 de abril, Día Internacional de la Madre Tierra. / Wearbeard
La nueva normativa española verá la luz en un momento de pandemia en el que la Unión Europea está haciendo un esfuerzo histórico para “modernizar” la economía, entendiendo por tal la suma de la digitalización y la transición ecológica. Además, su texto insiste en un cambio que incorpore los criterios de justicia social, con un modelo de desarrollo sostenible que genere empleo decente y contribuya a la reducción de las desigualdades.
La pandemia es una oportunidad para que los gobiernos se replanteen el modelo económico y de producción que ha desencadenado una crisis climática. Sin embargo, el G20 sigue destinando un 60 % más a actividades de combustibles fósiles que a inversiones sostenibles. “Vemos el problema a medio y largo plazo, por eso no actuamos como lo hemos hecho con la covid, pero los efectos pueden ser mucho peores.”, asegura Peñuelas, investigador del CSIC.