Los beneficios de la dieta mediterránea no hacen sino aumentar. Ahora, investigadores de EE UU han demostrado que comer sano mejoraría la esperanza de vida de la especie humana en diez años. Y, de la misma forma, con esos buenos hábitos “las emisiones de gases de efecto invernadero se reducirían en una cantidad equivalente a la de todos los coches, camiones, trenes, barcos y aviones”.
En el marco de la Conferencia sobre el Clima, que se celebra esta semana en Nueva York, el Secretario General de la ONU Ban Ki-moon ha anunciado que instituciones financieras, inversionistas, bancos y compañías de seguros se han comprometido a transferir para 2015 más de 200.000 millones de dólares para construir economías bajas en emisiones de carbono.
Los niveles de dióxido de carbono, causantes del efecto invernadero, han aumentado más entre 2012 y 2013 que durante cualquier otro año desde 1984, según se indica en el Boletín anual de la Organización Meteorológica Mundial.
Las empresas, Iberdrola y Canteras La Belonga desarrollarán, junto con un equipo de investigadores de ITMA Materials Technology, un proyecto de investigación y desarrollo, financiado por el Centro de Desarrollo Tecnológico e Innovación (CDTI), para el control del proceso de desulfuración de la central térmica de Lada y la valorización de los residuos que se producen en el proceso de eliminación de gases sulfurosos, gases que antes iban a la atmósfera.
Un estudio de la Universidad de Oviedo evidencia por primera vez que el aumento del CO2 atmosférico provocó la subida de las temperaturas en un periodo más cálido que el actual y con un nivel de concentraciones de dióxido de carbono similar al esperado para finales de este siglo. El avance, publicado en Nature, ha sido posible al averiguar el historial de adaptación de las algas marinas a distintas concentraciones de CO2.
Un estudio publicado en la revista Oecología concluye que sistemas forestales como el mediterráneo, donde la escasez de agua es un agente limitante del crecimiento, no pueden responder como sumideros de dióxido de carbono (CO2) para compensar el efecto invernadero.
Vuelven a bajar las emisiones de CO2 en Europa