Esta semana dos equipos rivales, líderes en edición genética, han anunciado nuevos bisturís moleculares que diagnostican infecciones de manera rápida y muy sencilla. Uno de los métodos es capaz de apreciar minúsculas cantidades de virus del papiloma humano en una muestra de sangre. El otro es una tira de papel que funciona como un test de embarazo, pero para detectar los virus del zika y el dengue.
El análisis del genoma de una mujer neandertal –el segundo más completo hasta la fecha–, hallada en la cueva croata de Vindija, revela que los humanos modernos no africanos comparten entre el 1,8 y el 2,6% de ADN neandertal, un porcentaje mayor del estimado anteriormente. Los datos también demuestran que de los neandertales heredamos enfermedades como la esquizofrenia, la artritis reumatoide o los trastornos alimentarios, pero también los bajos niveles de colesterol que nos protegen de problemas cardíacos.
El ébola, el VIH y el síndrome respiratorio agudo y grave son algunas de las enfermedades que pueden transmitir animales como murciélagos, primates y roedores a los humanos. Un nuevo estudio identifica los factores que influyen en este traspaso vírico y presenta mapas de localizaciones donde los mamíferos podrían generar nuevas amenazas para la salud de las personas en el futuro.
Un equipo de científicos ha construido un modelo 3D de la conjuntiva, una de las partes anteriores del ojo, para estudiar las enfermedades de la superficie ocular y los efectos de nuevos medicamentos y tratamientos. El modelo se ha creado a partir de células y biomateriales de origen humano. Los investigadores, que han publicado el trabajo en la revista PLoS ONE, han comprobado que estas construcciones 3D son capaces de funcionar como en vivo.
La selección natural favorece una vejez frágil y enfermiza si es debida a mutaciones que son beneficiosas durante la niñez. A partir de entre 40 y 50 años la selección natural es ciega porque ya hemos transmitido los genes, beneficiosos o no, a nuestra descendencia. Conocer los genes y las mutaciones implicadas en el envejecimiento puede contribuir a desarrollar nuevas estrategias para el tratamiento de enfermedades relacionadas con la edad.
Muchos de los genes causantes de patologías hereditarias causadas por la mutación o alteración de un solo gen, como la hemofilia, parecen desempeñar un papel relevante en otras enfermedades de tipo complejo, como la obesidad o el cáncer. El nuevo estudio, que ha permitido comparar diferentes tipos de genes, sugiere además que los que participan en ambas enfermedades tienen un peso mayor en cuanto a su susceptibilidad.
Hace unos días, la Organización Mundial de la Salud instaba a los gobiernos a fijar un impuesto para las bebidas azucaradas, una medida considerada exagerada por algunos sectores. Aunque hay que diferenciar entre consumo esporádico y abuso, lo cierto es que, en las dos últimas décadas, la epidemia mundial de la obesidad ha propiciado el incremento de enfermedades metabólicas y el aumento de factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares. Numerosos estudios han demostrado que si aumenta el precio de las bebidas, disminuye su ingesta.
Investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas, en Barcelona, han creado un microscopio de luz de bajo coste, compacto, portátil capaz de llevar a cabo el análisis ultrasensible de objetos transparentes y biomarcadores en un volumen de detección grande. Este instrumento ayudará al diagnóstico inmediato y posterior tratamiento de enfermedades como la sepsis.
Científicos de más de 30 centros de investigación han secuenciado el genoma de un pez primitivo, conocido en el ámbito científico como gar (Lepisosteus oculatus). El estudio revela cómo el genoma de este pez puede ser clave para entender transiciones evolutivas importantes como el paso del agua a la tierra en los vertebrados, y para conectar mejor el genoma humano con destacados modelos animales, como el pez cebra, a la hora de estudiar enfermedades humanas.
Un estudio internacional apunta a que el fenómeno climático de El Niño puede provocar la llegada de patógenos asiáticos a América. Los científicos constatan que nuevas variantes de patógenos aparecieron en el margen oriental del Pacífico coincidiendo con los tres eventos de El Niño más significativos en la últimas tres décadas.