Agujero negro masivo LB-1 junto con su estrella compañera en primer plano. / Jingchuan Yu
Un nuevo proyecto llamado Galacticnucleus ha logrado estudiar la población estelar que rodea al agujero negro supermasivo del centro galáctico con un detalle sin precedentes. Hasta ahora, la influencia de la atmósfera terrestre ocasionaba imágenes demasiado borrosas que impedían diferenciar las estrellas cercanas más brillantes.
Investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias han aclarado uno de los enigmas del año 2018 en el mundo de la astrofísica: la supuesta existencia de una galaxia sin materia oscura. La explicación es que se encuentra mucho más cerca de lo que se pensaba, por lo que todas las propiedades derivadas de su distancia han vuelto a ser normales, incluida la presencia de materia oscura.
Los astrónomos han logrado observar por primera vez la formación y evolución de un chorro de material expulsado por un agujero negro supermasivo después de haber destruido una estrella. El descubrimiento lo lideran investigadores del Instituto de Astrofísica de Andalucía y la Universidad de Turku, en Finlandia.
La galaxia Arp 299-A destaca por sus intensos brotes de formación estelar, su alta tasa de producción de supernovas y su proceso de fusión con otra galaxia. Ahora, nuevas observaciones en radio han permitido detectar una estructura filamentosa que emana del núcleo, probablemente un flujo de gas a alta velocidad.
Las estrellas ya nacían en el universo cuando apenas tenía el 2% de su edad actual, que ronda los 13.800 millones de años. Así lo han deducido los astrónomos tras observar la lejana galaxia MACS1149-JD1, donde también han encontrado el oxígeno más distante jamás detectado.
Un equipo internacional de científicos, liderado por astrofísicos de la Universidad Complutense de Madrid, ha logrado observar una galaxia, denominada A370-L57, en sus primeras etapas de formación. Su descubrimiento ha sido posible gracias al efecto lente gravitacional de un cúmulo de galaxias y al uso del mayor telescopio óptico e infrarrojo del mundo, el Gran Telescopio Canarias.
El telescopio más poderoso para observar la luz de algunos de los objetos más fríos del universo, ALMA, ha detectado enormes reservas turbulentas de gas frío ocultas alrededor de galaxias de estallido estelar. El hallazgo, liderado por un grupo internacional de astrónomos, ha sido posible gracias a la primera identificación de moléculas CH+ que registran la energía que circula por la galaxia. Además, permite explicar cómo se extiende el período de rápida formación estelar.
Un equipo internacional de astrónomos, con participación española, ha detectado por primera vez la transición de fase del agua en el espacio en una frecuenciaen la que no se había analizado hasta ahora. El avance abre una nueva vía para estudiar cómo se transforman las galaxias luminosas en otras ‘muertas’ y cómo se forman y crecen los agujeros negros en los centros galácticos.
La observación de la galaxia A2744_YD4, la más lejana y más joven detectada por el Observatorio Europeo Austral, ha permitido el descubrimiento de una gran cantidad de polvo estelar antiguo procedente de las muertes de las primeras supernovas, que se produjo cuando el universo solo tenía el 4% de su edad actual. Este hallazgo ofrece un paso más en el estudio sobre cómo se formaron las primeras estrellas y galaxias del universo.