La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en 2015 habrá 2.300 millones de adultos con sobrepeso y más de 700 millones con obesidad. Este hecho hace que los expertos consideren la obesidad como una epidemia, que tiene su origen fundamentalmente en inadecuados hábitos alimentarios, la genética y el sedentarismo, factores que provocan un desequilibrio entre la ingesta y el gasto de calorías.
Un equipo internacional de científicos, con participación española, ha secuenciado el ADN del orangután de Sumatra (Pongo abelii). La secuenciación posterior de otros cinco orangutanes de Sumatra y cinco de Borneo (Pongo pygmaeus) arroja luz sobre la evolución de los grandes simios (incluidos los humanos) y demuestra la gran diversidad genética de estas especies.
Mutaciones en el gen supresor de tumores PTEN predisponen a las personas portadoras a sufrir síndrome de Cowden o síndrome de hamartomas múltiples, un trastorno infrecuente caracterizado por un alto riesgo de sufrir cáncer de mama, de tiroides y otros cánceres.
Las técnicas genéticas basadas en el análisis de polimorfismos de secuencias del ADN permiten realizar análisis a partir de cantidades ínfimas de material. Un grupo de investigadores asturianos las ha aplicado al estudio de tres especies autóctonas asturianas: el oso, el urogallo y el rebeco.
Los estudios de diversidad genética utilizando marcadores moleculares han permitido determinar las relaciones entre razas y evaluar la diversidad dentro de cada una de ellas.
Más de cien variantes genéticas tienen la culpa de la diferencia de estatura de las personas.
Cientos de variantes genéticas comunes de todo el genoma humano influyen en la diferente altura de los adultos. Así lo indica un nuevo estudio, realizado en más de 180.000 personas, que muestra cómo estas nuevas variantes no están distribuidas al azar, sino que se agrupan alrededor de los genes que ya se habían vinculado anteriormente al crecimiento.
El catedrático de Microbiología de la Universidad Pública de Navarra, Gerardo Pisabarro De Lucas, coordinará uno de los proyectos del Joint Genome Institute, de la Oficina de Ciencia del Departamento de Energía de EE UU, relacionados con la producción de biocombustible. El Grupo de genética y Microbiología dirigido por la catedrática Lucía Ramírez comparará la expresión de los genomas de 12 hongos para conocer qué estrategias utilizan estos organismos a la hora de degradar la lignina, un componente de los árboles y otras plantas cuya degradación es necesaria para que la celulosa se transforme en biocombustible.
Una de cada tres mujeres de más de 50 años tiene osteoporosis.