En contra de lo que mucha gente piensa, en pocos bares de copas se sirven bebidas de garrafón. Al menos así lo reflejan los datos del Laboratorio de Salud Pública del Ayuntamiento de Madrid, que apenas detecta adulteración en el 1% de las muestras que analiza. En cualquier caso, la ciencia pone a disposición de la ciudadanía sus herramientas para confirmar que el contenido de una botella es lo que indica la etiqueta.