Un nuevo estudio identifica los mecanismos que permiten a la bacteria de transmisión sexual Mycoplasma genitalium persistir en condiciones en que la disponibilidad de metales es muy limitada, una circunstancia a la que ha de enfrentarse al infectar a los humanos. El descubrimiento permitirá desarrollar terapias contra este patógeno, que afecta al tracto urogenital y se está volviendo resistente a los antibióticos.