Un equipo de investigación del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA, centro del CSIC) ha determinado el papel de una anexina del parásito Schistosoma bovis. Esta proteína puede explicar en parte la larga supervivencia de este parásito que se hospeda en el torrente sanguíneo de los rumiantes, ya que presenta actividad fibrinolítica y anticoagulante. Este avance supone un paso más para lograr una vacuna contra el gusano.