Durante mucho tiempo los paleontólogos han supuesto que las estructuras ornamentales óseas que aparecen sobre las cabezas fósiles de algunas especies de dinosaurios, como los protoceratops, les permitían mostrar estatus social y crear atracción sexual. Ahora, un equipo de científicos británicos confirma por primera vez que cuernos y crestas en la cabeza les ayudaban a encontrar pareja.
Los dinosaurios tenían conductas de apareamiento similares a las aves modernas. Así lo prueban los raspones descubiertos en rocas de hace 100 millones de años en Colorado (EE UU) por el equipo del paleontólogo Martin Lockley. Es la primera evidencia física de ceremonias de cortejo entre estos reptiles.
El ‘bareback’ implica la penetración anal realizada sin condón de manera intencional. Se trata de la práctica de riesgo que realiza casi la mitad de los hombres que mantienen relaciones homosexuales, según un estudio publicado este mes en la revista Gaceta Sanitaria. Son los menores de 24 años y los que viven en pareja los que presentan hasta tres veces mayor riesgo de llevar a cabo esta práctica.
A los científicos les encanta preguntarse por lo que es innato y lo que es adquirido. El género no se escapa de esta discusión. Algunos investigadores ya han advertido de los peligros del sexismo en estudios que buscan distinciones entre los cerebros masculinos y femeninos, a pesar de que las evidencias disponibles aún son enclenques.
¿Por qué se publican tantas investigaciones que tratan de dilucidar si los cerebros de mujeres y hombres son diferentes por naturaleza? Ya se han puesto en tela de juicio muchos estudios que evalúan las diferencias entre sexos aparentemente de forma objetiva. / Imagen: Wearbeard | Sinc
Uno de cada diez mil individuos padece hipogonadismo congénito, una alteración que causa infertilidad, problemas en el crecimiento y alteraciones psicológicas. Un equipo internacional de expertos en salud sexual y reproductiva, en el que participan científicos de centros cordobeses, ha definido los mecanismos genéticos de esta enfermedad, además de los factores ambientales que interfieren en la maduración de sus circuitos cerebrales.
¿Cómo infectan los hongos parásitos a las plantas del tomate? Es una pregunta que preocupa a millones de agricultores. Pero un equipo de la Universidad de Córdoba ha descubierto el mecanismo: estos patógenos utilizan la misma ruta para detectar señales sexuales como guías para localizar las tomateras, es decir, que para alcanzar las raíces de las plantas y comenzar la colonización, emplean el mismo proceso que para reproducirse.
El potente rugido del mono aullador de América, que fascinó a Darwin, es su arma de seducción y de defensa: atrae a las hembras para el apareamiento y ahuyenta a sus rivales a kilómetros de distancia. Ahora, un nuevo estudio revela que los dueños de los aullidos más poderosos poseen gónadas de menor tamaño, y viceversa. No se puede tener todo en la vida, tampoco a la hora de competir sexualmente.
Esperada por muchas mujeres, la Administración de Fármacos y Medicamentos de EE UU daba luz verde hace unos días a la comercialización de Addyi, el primer fármaco dirigido a despertar el deseo sexual femenino. El medicamento se dirige a mujeres premenopáusicas que padezcan el trastorno por deseo sexual hipoactivo, una dolencia inexistente para muchos expertos. Una de las participantes en el ensayo clínico ha explicado a Sinc su experiencia.