De las nuevas vacunas experimentales que atacan el cáncer, la más prometedora es la de ARN. Infografía: J. A. Peñas | SINC
Un sofisticado dispositivo permite que las células tumorales crezcan en un entorno 3D dónde los nutrientes y el oxígeno son suministrados de forma controlada a través de unos pequeños capilares, imitando así a los propios vasos sanguíneos del organismo. El hallazgo podría ayudar al desarrollo de nuevos tratamientos más efectivos.
Los humanos modernos que salieron de África tuvieron relaciones sexuales esporádicas con los neandertales. Así fue como intercambiamos genes y algo más: una nueva investigación apunta a que los humanos arcaicos nos legaron también un tipo agresivo de papilomavirus que puede provocar tumores de cuello de útero, pene, ano, vulva o vagina.
Un equipo internacional en el que participa la Universidad de Oviedo desarrolla un péptido que retrasa en modelos animales el crecimiento de estos tumores y mitiga los efectos adversos de la radioterapia. Los hallazgos acaban de ser publicados en la revista PLOS ONE.
Investigadores de las universidades de Zaragoza y Pompeu Fabra han desarrollado y patentado un generador de pulsos de alta tensión para destruir tumores sólidos. Lo hace de un modo más rápido, menos tóxico e invasivo que la quimioterapia y la radioterapia mediante electroporación irreversible. Este fenómeno mata las células tumorales, que son incapaces de reparar los daños que los campos eléctricos elevados provocan en su membrana.
Investigadores de la Universidad de Oviedo y el Hospital Universitario Central de Asturias han desarrollado un anticuerpo o biomarcador que permite distinguir mejor los tumores malignos de otras patologías benignas relacionadas. El equipo ha identificado un ‘punto débil’ en el escudo que protege los carcinomas más agresivos y que favorece su crecimiento.
El gen p73 es necesario para la formación de los vasos sanguíneos de los tumores, según un trabajo internacional en el que han participado investigadores del grupo de Diferenciación Celular y Modelos Celulares del Instituto de Biomedicina de la Universidad de León (Ibiomed) que se ha publicado en las revistas revistas científicas Cell Death & Differentiation y Nature Cell Biology.
Investigadores del Instituto de Biología Evolutiva y del Centro Nacional de Análisis Genómico participan en un consorcio internacional que ha secuenciado el genoma del gibón (Hylobatidae), el último simio en ser secuenciado. El estudio de estos primates proporciona pistas para la investigación en salud humana.
Un estudio de biólogos y genetistas españoles ha descubierto que la deficiencia en la proteína PINK1, implicada en algunos casos de la enfermedad de Parkinson, reprograma el metabolismo energético celular, lo que afecta a la supervivencia de las neuronas. También da pistas sobre el papel de esta proteína en el desarrollo del cáncer, ya que revela que su ausencia contribuye a una proliferación celular fuera de control, principal característica de los tumores.
Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas ha descubierto que el gen NANOG, una pieza fundamental en las células madre de los embriones, regula también la división de las células adultas en la piel, el esófago y la vagina. Este factor podría también participar en la formación de tumores derivados de los epitelios estratificados, como los del esófago, cabeza o cuello.