Hasta ahora, su existencia era pura teoría, pero un equipo internacional de investigadores ha conseguido identificar directamente el primer filamento de materia oscura entre dos agrupaciones de galaxias. El hallazgo contribuye a trazar la evolución del universo a través de estas ‘carreteras galácticas’.
Luis Sarro, en su despacho de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática de la UNED.
Solo faltan unos meses para que la Agencia Espacial Europea ponga en órbita el GPS más preciso de nuestra galaxia: la misión Gaia. La nave censará millones de estrellas, localizará asteroides, quásares y objetos celestes desconocidos hasta el momento. Luis Manuel Sarro (Madrid, 1970), físico solar e investigador del Departamento de Inteligencia Artificial de la UNED, participa en la misión.
Un equipo liderado por investigadores del Instituto de Física Corpuscular (IFIC, CSIC-Universidad de Valencia) y de la Universidad de Barcelona ha obtenido el límite más preciso hasta la fecha de la masa de los neutrinos gracias a la observación de las galaxias. Los resultados revelan que la suma de las masas de los tres tipos de neutrinos que existen no representa más del 6 por mil del total de la masa-energía del cosmos.
Dibujar el cosmos exige mirar el borde de un abismo. Da vértigo, pero la curiosidad y un extraño morbo nos asedian. Muchos físicos y astrónomos se han embarcado en esta misión, trazando teorías para todos los gustos sobre una cuestión por resolver: ¿qué forma tiene el universo?
Una investigación internacional, liderada por el Imperial London College (Reino Unido) y en la que participa el Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés), ha observado el quásar más lejano y brillante en el infrarrojo, denominado ULAS J1120+0641. Su luz ha tardado en llegar a la Tierra 12,9 mil millones de años.
Recreación artística del quásar observado.
Impresión artística del quásar más distante.
Las primeras estrellas tenían una masa ocho veces superior a la del astro Sol. Imagen: NASA
Investigadores del Departamento de Física Teórica I de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) han encontrado una posible explicación sencilla y simultánea de la expansión acelerada del universo y de la presencia de campos magnéticos intergalácticos.