El síndrome del acento extranjero, que afecta en España a alrededor de 40 personas, se caracteriza por alterar de forma sutil el habla de quien lo padece provocando que la pronunciación de la persona parezca foránea. Ahora, tras un primer estudio, un equipo multidisplinar de la Universidad de Málaga trabaja en el diseño de un tratamiento que aúna técnicas neurológicas con las lingüísticas.