Uno de los objetivos del Acuerdo de París aprobado en diciembre de 2015 para luchar contra el cambio climático es que el aumento de la temperatura del planeta en 2100 no supere los 2 ºC, y si es posible los 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales. Un nuevo estudio ha planteado cuatro escenarios futuros de reducción de emisiones de CO2 y aumento de renovables, y ni siquiera en el mejor de los casos se lograría "enfriar" el planeta.
Los ecosistemas terrestres absorben una cuarta parte del dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, que emiten los humanos a la atmósfera. Ahora un equipo internacional de científicos, con participación de la Universidad de Valencia, ha comprobado que el factor dominante en la regulación de los sumideros de carbono a escala local es la disponibilidad de agua en el suelo, aunque a escala global estén influenciados por la temperatura.
El incremento de las temperaturas y la mayor duración de las sequías harán más vulnerables los bosques ibéricos, según se desprende de una investigación publicada en la revista Global Change Biology y llevada a cabo por un equipo internacional de investigadores liderados por la Universidad Pablo de Olavide, el Instituto Pirenaico de Ecología y la Universidad de Barcelona.
Más de 500 millones de personas no tienen acceso a la electricidad en el continente africano, que hoy celebra su día en la Cumbre del Clima de Marrakech. África, la tierra más castigada por el calentamiento, muestra su liderazgo en la lucha climática y quiere iluminar su camino gracias a un desarrollo sostenible.
A falta de un mes y medio para finalizar, 2016 se convertirá en el año más caluroso de la historia, superando a 2015. Los datos preliminares de la Organización Meteorológica Mundial muestran que las temperaturas globales de enero a septiembre han estado 1,2 ºC por encima de los niveles preindustriales y se han incrementado los eventos extremos asociados al cambio climático, como el huracán Matthew del mes de octubre.
El cambio climático representa una de las mayores amenazas actuales para la biodiversidad y uno de los grupos animales más afectados por el aumento de la temperatura son los anfibios. Un equipo científico con participación española ha estudiado cómo las olas de calor afectan al tipo de dieta de tres especies de anfibios de la península ibérica: la ranita de San Antonio, la ranita meridional y el sapillo pintojo ibérico.
El rápido calentamiento de los océanos y la acidificación oceánica afecta negativamente a los cocolitóferos, un grupo muy abundante de de fitoplancton cacificado que desempeña un papel importante en el ciclo biogeoquímico y en la regulación del clima del planeta. El nuevo estudio alerta que, como consecuencia, los procesos de regulación de las concentraciones de carbono en la atmósfera y los océanos también se verán perjudicados.
Gracias al análisis de los patrones de los anillos en grosor de diferentes especies de coníferas en España y en Siberia, un equipo de investigadores, con participación de la Universidad Politécnica de Madrid, ha comprobado que en ambas regiones los cambios que se producen en las poblaciones de árboles coinciden. Esta creciente sincronía en las secuencias de anillos de crecimiento son la respuesta al aumento de temperaturas.