Un estudio internacional de científicos demuestra que a lo largo del siglo XXI las aguas entre los 200 y 500 metros de profundidad alrededor de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida se calentarán entre 1,7 y 2 ºC, y 0,5 y 0,6 ºC, respectivamente. Este calentamiento proyectado por los investigadores acelerará la pérdida de hielo y el nivel del mar aumentará en un metro de forma global a finales de siglo.
Un estudio sobre la gaviota tridáctila (Rissa tridactyla) en el Ártico revela por primera vez los movimientos migratorios de esta especie y analiza su capacidad de respuesta a los cambios ambientales. Esta ave es una de las especies marinas más emblemáticas de las latitudes árticas y todo apunta a que el aumento de las temperaturas en el polo norte durante las próximas décadas tendrá un grave impacto sobre su población.
Un estudio canadiense, publicado en Nature Geoscience, cuestiona la eficacia de plantar bosques en terrenos ocupados por áreas de cultivo para luchar contra el cambio climático, porque las temperaturas registran descensos “poco significativos”. Sin embargo, en los trópicos el calentamiento disminuye más, comparado con las zonas nórdicas y boreales.
Un estudio norteamericano, publicado en la revista Science, revela que las zonas de los océanos Índico y Pacífico con menos oxígeno pueden expandir y reducir sus reservas en los próximos años. Los investigadores han descubierto que el cambio climático, y la consecuente generación de bacterias, son los responsables de estas alteraciones, que podrían repercutir en la cantidad de nutrientes básicos de las aguas oceánicas.
Conjunto de alerces subalpinos (Larix lyallii) situados cerca del pico Oval, en el lago Chelan-Sawtooth Wilderness (Washington).
Varias especies de fitoplancton poseen capacidad genética diferente para adaptarse al cambio climático. Así lo confirma un equipo de investigación español que señala también que, a finales del siglo XXI, las especies que proliferan en mar abierto serán más vulnerables al incremento de la temperatura del agua. Las que se mueven en aguas continentales serán más resistentes.
La década de 2000 a 2009 ha sido la más cálida registrada hasta ahora en el Atlántico Norte. Sin embargo, en el curso de la misma década, el ritmo de incremento del calentamiento se ha ido aminorando. Los años con mayor aumento de temperatura se concentran en la primera mitad, disminuyendo el ritmo de aumento al final de la década.
Hasta ahora se pensaba que el deshielo en el sur durante el periodo glacial, hace entre 30.000 y 60.000 años, coincidía con subidas del Mediterráneo. Esta teoría, muy aceptada en su campo, puede 'darse la vuelta' gracias a una nueva investigación internacional en la que participa el Grupo de Geociencias Oceánicas de la Universidad de Salamanca.
Un estudio internacional, con participación española, ha demostrado que la ola de calor que afectó a Europa en el verano de 2010 fue más cálida e intensa que la de 2003. La investigación señala que grandes olas de calor como la de 2010 podrían volver a ocurrir a partir de 2050 e incrementar su frecuencia hacia finales de siglo como consecuencia del calentamiento global.
Investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) desarrollan materiales mesoestructurados capaces de capturar selectivamente las moléculas de CO2 mediante interacciones químicas. Se trata de una alternativa de futuro para reducir la cantidad de dióxido de carbono emitido a la atmósfera, uno de los principales causantes del calentamiento global.