Si no se hace nada por evitarlo, en el año 2080 el precio que pagará Europa por las consecuencias del calentamiento global superará los 190.000 millones de euros cada año, lo que supone una pérdida del 1,8% del PIB actual. Los científicos que han evaluado estas pérdidas económicas reconocen que su modelo “subestima los daños climáticos en la Unión Europea” y que los países del sur serán los peor parados.
Investigadores de la Universidad de Oviedo en colaboración con el Centro de Experimentación Pesquera del Principado han demostrado la relación entre el aumento de la temperatura del Cantábrico, el declive de las laminarias y la reducción de capturas de interés comercial.
A los 7.880 kilómetros de costa que comprende el territorio español les une una característica común: el aumento de la temperatura superficial del agua. Este impacto es el responsable de que en Canarias se pueda ver al tiburón ballena de aguas cálidas, y de que en Baleares la posidonia esté en peligro.
Un estudio señala que las precipitaciones y el aumento de la temperatura favorecen toda clase de violencia, ya sea personal como intergrupal, e incluso puede provocar cambios en los gobiernos y la caída de civilizaciones enteras. El aumento de 2 ºC que se prevé en las próximas décadas puede hacer que crezca hasta en un 50% el número de guerras civiles.
Las imágenes ofrecidas la semana pasada por la NASA mostraban un acusado derretimiento de la capa superficial de Groenlandia, y ponían en evidencia su delicada situación. Sin embargo, un equipo internacional de científicos demuestra a través de datos de satélites y fotografías aéreas de los últimos 30 años, que la capa de hielo de Groenlandia, a pesar de su retroceso, es capaz de recuperarse y volver a estabilizarse.
Los primeros análisis del núcleo de sedimentos más antiguo jamás hallado en el Ártico demuestran que en esta zona se produjeron intervalos más cálidos de lo que se pensaba durante los últimos 2,8 millones de años que coincidieron con el declive de la capa de hielo del oeste de la Antártida. Un equipo internacional sugiere incluir estos nuevos datos en los modelos climáticos que predicen el clima futuro.
Es tentador utilizar generalizaciones a gran escala para referirse a una realidad como el calentamiento de los océanos, pero la naturaleza no entiende de promedios. Investigadores de la Universidad de Oviedo han analizado los datos obtenidos por boyas y satélites en todo el mundo durante 30 años, y por primera vez han tenido en cuenta variables especialmente relacionadas con el impacto del cambio climático en los organismos marinos.
La única reunión que el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la Organización de Naciones Unidas (ONU) celebrará en Europa para la elaboración de su próximo informe de evaluación sobre mitigación del cambio climático tendrá lugar en Vigo (Pontevedra) entre el 3 y el 9 de noviembre y reunirá a 300 científicos de todo el mundo.