Especializado en química supramolecular y nanotecnología, el científico se enorgullece de lo que su equipo avanzó en la síntesis de moléculas que podrían desplazarse como un minirrobot a través de nuestro torrente sanguíneo, pero cree que aún están lejos las posibilidades de encontrarles aplicaciones. Para conseguir esos avances en clínica médica es necesario estudiar mejor los componentes que no resulten tóxicos para nuestro organismo, sostiene.