Tanto en la literatura como en el cine, el feminismo ha encontrado en la ciencia ficción un espacio perfecto donde superar los roles clásicos y crear personajes femeninos complejos: mujeres activas y conscientes, heroínas que cambian el mundo y son imperfectas. El subgénero se ha enriquecido desde que ellas también son sus creadoras, consumidoras y protagonistas.
El 22 de noviembre se cumple un siglo de la muerte de Jack London, el narrador de aventuras que inició en la literatura a generaciones de jóvenes con sus buscadores de oro en Alaska y sus marineros de los mares del sur. Menos recordadas son sus obras de ciencia ficción, entre las que sobresale la primera distopía moderna, El Talón de Hierro. Su descripción de un régimen ultraderechista en Estados Unidos cobra plena actualidad en tiempos de derivas autoritarias.
En los viajes al pasado que emprenden los protagonistas de la serie española, la presencia de científicos y tecnólogos no parece necesaria. ¿Qué impedía enviar a la brigada temporal a salvar a Miguel Servet de la hoguera preparada por Calvino, o asociar las puertas del tiempo a las ecuaciones formuladas por un matemático de Al Andalus? Se ha perdido la oportunidad de combinar la enseñanza de la historia con la puesta en escena de hitos de la ciencia.
Ha muerto uno de los intérpretes más importantes de las últimas décadas. David Bowie (1947-2016) será recordado por su música, sus ‘alter ego’ y la profunda intelectualidad de su obra. El icónico músico británico estará siempre ligado a la ciencia ficción: muchas de sus canciones, sus actuaciones cinematográficas y algunos de los personajes que caracterizaba rompieron con los límites de este género y llevaron la fantasía a un nuevo nivel.
Están por todas partes y, sin embargo, los dinosaurios no nos dan miedo. Hace años que se sabe que no se extinguieron del todo, ya que las aves son un grupo de terópodos que sobrevivió a la crisis de hace 66 millones de años. La nueva producción de Pixar, que se estrena esta semana, imagina cómo habría sido el mundo si los dinosaurios –no aviarios– siguieran poblando la Tierra. Paleontólogos españoles reflexionan sobre esa hipótesis de ciencia ficción.
En marzo, HBO emitirá Going clear, el nuevo documental recién estrenado en el festival de Sundance que revela secretos sobre la Iglesia de la Cienciología y algunos de sus famosos seguidores, como Tom Cruise. Menos conocido para el gran público es Lafayette Ronald Hubbard, el prolífico escritor de aventuras interplanetarias inventor de uno de los movimientos religiosos más controvertidos de las últimas décadas, en cuyo credo el imaginario de la ciencia ficción ocupa un lugar de capital importancia.
Si hay una novela sobre neurociencia que ha hecho pensar y llorar a millones de personas es Flores para Algernon, de Daniel Keyes. Ahora, el relato breve del que nació este best seller cumple 55 años. En él, un joven con discapacidad cognitiva, y su amigo, un ratón de laboratorio, multiplican su cociente intelectual gracias a una prometedora terapia. Hace más de medio siglo, el autor ya planteó las implicaciones éticas que conllevan algunos de los avances actuales en neurociencia.
Hace cincuenta años, el escritor de ciencia ficción Isaac Asimov publicó un artículo en The New York Times en el que aventuraba cómo sería el mundo en 2014. Robots, aparatos inalámbricos y teléfonos inteligentes fueron profetizados por este bioquímico soviético nacionalizado estadounidense, que también habló de colonias en la Luna y coches flotantes. ¿Hasta qué punto acertó el autor de la saga Fundación?
Hoy se estrena Los últimos días, donde Quim Gutiérrez y José Coronado intentarán sobrevivir en Barcelona a una misteriosa pandemia que causa agorafobia. La película se suma al club de las historias apocalípticas en las que virus, humanos o extraterrestres amenazan la supervivencia de la humanidad. Estas fantasías se enfrentan a un reto: mantener la emoción y, a la vez, el rigor científico que las haga creíbles.