Más de 2.000 climatólogos, expertos sectoriales y responsables de decisiones procedentes de más de 150 países, han establecido ayer, durante la III Conferencia Mundial sobre el Clima (CMC-3) que se celebra en Ginebra (Suiza) del 31 de agosto hasta hoy, un Marco Mundial para los Servicios Climáticos. El objetivo, mejorar la producción, disponibilidad, prestación y aplicación de las predicciones, y servicios climáticos sobre una base científica ante la amenaza del cambio climático.
Un equipo internacional de ecólogos, climatólogos y economistas, con la participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha aportando nuevos datos sobre el umbral crítico en que los sistemas complejos pueden sufrir un cambio abrupto. Indicadores comunes a sistemas tan dispares como el cuerpo humano, el clima, los ecosistemas o el mercado financiero pueden hacernos predecir un colapso ecológico o financiero, saber cuándo cambiará una situación climática o en qué momento se puede producir un ataque de asma.
Larisa DeSantis, paleontóloga del Museo de Historia Natural de Florida, demuestra cómo sacó las muestras de esmalte de los dientes fosilizados de llama (Hemiauchenia macrocephala), para poder determinar el nicho alimenticio del animal.
Diente fosilizado de un caballo, en el que se han perforadp una serie de muestras de esmalte que ayudan a identificar las fluctuaciones estacionales de la dieta del animal.
Los restos fósiles de roedores e insectívoros del yacimiento de la cueva de El Mirón (Cantabria) han permitido determinar las condiciones climáticas de este territorio desde el Pleistoceno final hasta la actualidad. En total, los investigadores han delimitado siete cambios climáticos: unas veces ha dominado el frío glacial y otras, el calor.
Los fenómenos climatológicos extremos no dejan de aumentar y la mayoría de los países no están preparados para evitar los desastres naturales. El nuevo informe de Evaluación Global sobre la Reducción de Riesgos de Desastres presentado esta semana por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) propone medidas para evitar más pérdidas humanas y materiales.
Juan Pablo Rebolé ha estudiado en profundidad los registros de precipitaciones de lluvia de los observatorios de Igueldo (durante 70 años) y de Hondarribia (37 años). A partir de esos datos, ha puesto en funcionamiento un modelo de simulación del proceso de lluvia. Sus observaciones has sido significativas: "El tipo de precipitación ha ido cambiando gradualmente durante los últimos 60-70 años, lo cual puede suponer un cambio en el patrón de precipitación a lo largo del tiempo como indicio de cambio climático".
Investigadores de la Universidad Pablo de Olavide, encabezados por el profesor Pedro Ribera Rodríguez, participan en un estudio cuyo objetivo es caracterizar la tropopausa, capa que separa la troposfera y la estratosfera, y analizar sus variaciones en altura.