Para comprender y contener el brote sin precedentes del SARS-CoV-2 se necesitan modelos de predicción de datos que requerirán la colaboración entre epidemiólogos y matemáticos. Además, los datos deberían intercambiarse de manera libre entre científicos y sanitarios en todo el mundo, según argumenta un grupo de expertos.
La falta de datos sobre el cuerpo femenino hace que multitud de objetos estén diseñados para el 50 % de la población, con consecuencias que van desde la probabilidad de morir en un siniestro a los efectos secundarios de los fármacos. Esto es lo que explica la periodista y divulgadora británica en su nuevo libro.
Investigadores de la Universidad Rovira i Virgili, en Tarragona, han creado un algoritmo que interpreta una serie de datos como lo haría un investigador, con sus conocimientos y pericia. Este robot científico informa de las relaciones matemáticas que hay entre distintas variables y lo hace, además, de forma autónoma.
Este científico computacional estadounidense es coautor de un libro que contiene propuestas novedosas para protegernos de los sesgos discriminatorios y los ataques a privacidad de los algoritmos y dotarlos de conciencia social.
Un proyecto de la Universidad Politécnica de Madrid estudia la viabilidad de usar drones para supervisar el tráfico, las aglomeraciones, el clima o la contaminación de las urbes.
Los sesgos discriminatorios de los algoritmos, la invasión de la privacidad, los riesgos del reconocimiento facial y la regulación de las relaciones entre humanos y máquinas son retos que la IA necesita afrontar. Sin embargo, los intereses de gobiernos y grandes empresas priman muchas veces sobre las buenas prácticas.
Este ingeniero de software ha diseñado una plataforma que usa computación en la nube y algoritmos para agilizar el diagnóstico de enfermedades raras. Las primeras pruebas clínicas se van a llevar a cabo con unos 600 pacientes en hospitales públicos de España y Reino Unido. El objetivo, dice, es ayudar a que otros padres y madres no pasen por lo que él pasó hasta que su hijo fue correctamente diagnosticado.
Está al frente de un equipo de 580 personas que ha logrado mejorar la climatización del Metro de Madrid y detectar fraudes en contrataciones. Dice que la automatización va a cambiar radicalmente el modo en el que trabajamos, pero ella cree que las máquinas nunca podrán sustituirnos en el cuidado de las personas.
Estos dias se ha conocido la noticia de que los datos de 50 millones de usuarios de Facebook han ido usados sin su conocimiento. Y esta vez no han sido hackers rusos sino la consultora británica Cambridge Analytica, que ha actuado con total falta de ética. En la era del big data nada está a salvo si ha aparecido en algún momento en internet.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid han desarrollado un software que permite homogeneizar y compartir datos clínicos y genómicos entre instituciones sanitarias europeas. La herramienta puede ayudar a mejorar la prevención, el diagnóstico y las terapias de distintas enfermedades.