El ictus es la primera causa de muerte de la mujer en España. Según los expertos, cada seis minutos, una española sufre un brote de esta enfermedad cardiovascular. El XI Congreso Nacional de Salud y Medicina de la Mujer (SAMEM) arranca hoy y durará hasta el viernes en Madrid para analizar este tipo de patologías.
La relación entre los déficits de ácidos grasos poli-insaturados omega-3 (AGPO-3) y la aparición de trastornos depresivos no es nueva en el ámbito médico. Sin embargo, lo que no se conocía hasta el momento era el mecanismo cerebral por el cual la dieta podía condicionar en cierta medida la salud mental. Ahora, una investigación realizada por científicos de Burdeos (Francia) y de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) publicada en Nature Neuroscience ofrece nuevas claves para comprender este fenómeno.
Científicos de la Universidad de Salamanca y del Hospital Universitario han mejorado los diagnósticos de pacientes con alzhéimer incipiente y depresión a través de pruebas de memoria episódica no verbal. La investigación constató que estas herramientas eran eficaces para distinguir a las personas con estas patologías pero confirmó la dificultad para diferenciar a los pacientes que tienen alzhéimer de los que tienen depresión.
La mayoría de pacientes que toma antidepresivos abandona el tratamiento antes de los seis meses, duración mínima recomendada para tratar la depresión severa y otras patologías derivadas. Así lo indica un nuevo estudio realizado por investigadores catalanes que revela que sólo el 25% de los pacientes continúa con el tratamiento más de 11 meses.
Investigadores de la UAM, en colaboración con especialistas de la OMS, elaboraron el primer estudio que demuestra claramente los efectos de la depresión sobre la salud y las variables asociadas a su presencia en diferentes partes del mundo.
En el estudio se analizan no sólo los efectos de la depresión sino también los efectos de los síntomas depresivos en personas sin depresión.
La ideación suicida y la depresión, que hasta ahora se habían asociado con los tratamientos para el acné, podrían ser las consecuencias psicológicas de la presencia de esta enfermedad de la piel, no de los efectos de la medicación. Así lo indica una nueva investigación, realizada en Noruega, que supondrá la revisión del tratamiento y de los cuidados de los adolescentes con acné.
Los estudiantes de medicina experimentan depresión, agotamiento y trastornos mentales en una proporción mayor que la poblacióngeneral.