Investigadores del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (CSIC) y otros centros internacionales han logrado fabricar este silicato cristalino con poros extra grandes mediante la expansión y conexión de cadenas de sílice. Este material tiene aplicaciones en procesos de descontaminación y catalíticos.
Investigadores de la Universidad de Princeton (EE UU) han resuelto un enigma planteado en los años 60 sobre por qué los fluidos de soluciones poliméricas se ralentizan cuando pasan por materiales porosos, como los suelos sedimentarios. La clave es que se produce una turbulencia elástica y caótica. El descubrimiento podría aplicarse en la descontaminación de aguas subterráneas.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona y la Universidad de Barcelona han conseguido descontaminar un acuífero con una alta concentración de compuestos organoclorados estimulando, con un nutriente, bacterias que degradan esos contaminantes. Se trata de una de las experiencias pioneras de biorremediación aplicadas a gran escala en España y supone un cambio de paradigma respecto a los tratamientos actuales.
Investigadores de la Universidad de Córdoba han descubierto que el efecto de la radiación solar provoca un intercambio de gases de nitrógeno en el suelo que permite secuestrar gases perjudiciales de la atmósfera y transformarlos en nitrato. De este modo, se mitigaría la contaminación de estos gases.
Investigadores de la Universidad de Cádiz han aplicado una técnica basada en la evaluación de las pérdidas de masa en muestras contaminadas para corroborar que los contaminantes metálicos han desaparecido. Este sistema permite reducir el tiempo de análisis a unas horas.