Uno de los objetivos del Acuerdo de París aprobado en diciembre de 2015 para luchar contra el cambio climático es que el aumento de la temperatura del planeta en 2100 no supere los 2 ºC, y si es posible los 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales. Un nuevo estudio ha planteado cuatro escenarios futuros de reducción de emisiones de CO2 y aumento de renovables, y ni siquiera en el mejor de los casos se lograría "enfriar" el planeta.
Un equipo internacional, con participación de la Universidad Politécnica de Madrid y de la firma española Agresta, ha elaborado una serie histórica de los cambios de uso del suelo en Costa Rica, que ha permitido definir los indicadores de deforestación y degradación ambiental de ese país. La investigación se ha llevado a cabo en el marco de programa REDD de la ONU que promueve incentivos positivos a los países tropicales para que protejan sus recursos forestales.
Investigadores de la Universidad de Córdoba identifican cambios en el cultivo donde el material de origen vegetal se ha empleado como complemento para el abono. El biocarbón es un material similar al carbón vegetal convencional en aspecto y propiedades, pero que unas características añadidas interesantes para la comunidad científica. Se puede emplear para la captura de CO2, que de otra manera terminaría en la atmósfera contribuyendo al efecto invernadero. Además, su uso, combinado con fertilizantes, puede aumentar su eficiencia.
El volcán submarino de El Hierro emite el 0.1% del flujo de CO2 volcánico a nivel mundial. La dispersión de este gas ha aumentado la acidez en las proximidades marítimas.
Emisiones mundiales de C02 relacionadas con el sector de la energía. / Efe
Los árboles se adaptaron al cambio de temperatura y su respiración solo aumentó un 5%./ Artur Stefanski
El peor de los escenarios se produce cuando los fenómenos llamados Oscilación del Atlántico Norte y patron del Atlántico Este se hallan en fases contrarias, como sucedió en los primeros años de la pasada década. Durante este periodo, la absorción de CO2 fue inferior a la media. Últimamente estos dos fenómenos climáticos han estado en la misma fase y los ecosistemas han retirado más carbono de la atmósfera. Pero parece que próximamente puede repetirse un episodio negativo.
Al contrario de lo que se pensaba hasta ahora, el aumento en los niveles de CO2 está haciendo proliferar algunos tipos de microalgas que lo utilizan para crecer más rápidamente. Es el caso de los cocolitóforos, microalgas cubiertas de calcio, que en los últimos 45 años han multiplicado por diez su concentración en el Atlántico Norte. El cambio incontrolado en el jardín oceánico puede repercutir sobre el ciclo del carbono y, en último término, en la industria pesquera.
El instrumento SABER, a bordo del satélite TIMED (NASA), ha medido entre 2002 y 2014 un incremento de la cantidad de dióxido de carbono en la alta atmósfera de entre un 5% y un 12% por década, superior al detectado en las capas bajas. Este aumento inequívoco del dióxido de carbono en la alta atmósfera no depende de efectos naturales.