Un nuevo estudio revela que la supervivencia tras un infarto de los ratones tratados con telomerasa mejora un 17% respecto a los controles. Es una estrategia nunca antes empleada para tratar enfermedades cardiovasculares, en especial para prevenir el fallo cardiaco tras el infarto de miocardio. El trabajo se publica en Nature Communications.
Un nuevo estudio muestra una clara relación entre dos parámetros que hasta ahora se habían vinculado con enfermedades cardiovasculares por separado: el índice glucémico, que mide la glucosa tras la ingesta de alimentos, y el índice de aumento periférico, que mide la rigidez arterial. Al tener más datos de este tipo, los investigadores esperan que se pueda actuar antes contra las enfermedades cardiovasculares.
Los genes de 894 ancianos de más de cien años en España y Japón han desvelado que el secreto de una vida larga, al menos en el sur de Europa, está detrás de una variante en el cromosoma 9p21.3, que antes ya se había asociado con el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
La OMS estima que las enfermedades cardiovasculares son ya responsables de 20 millones de muertes al año. Pero además un gran número de las personas que sobreviven a un infarto pueden sufrir lesiones irreversibles en el músculo cardiaco. Esta es una de las cuestiones que está intentando atajar la red europea CardioNext, en colaboración con firmas como la estadounidense MiRagen Therapeutics, pionera en el desarrollo de nuevos tratamientos con tecnología de microARN para reparar corazones dañados.
Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Córdoba ha desarrollado una nueva estrategia para obtener de forma natural leche rica en ácidos grasos omega-3, nutrientes asociados con la disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Investigadores del Centro de Visión por Computador (CVC) han desarrollado una herramienta informática para cuantificar mejor el daño sufrido por los tejidos miocárdicos en personas que han sufrido un infarto o una angina de pecho. El programa se ha validado en 200 pacientes.
El colesterol es el malo de la película en las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, el investigador australiano Alan Tall (Wollongong, 1947) apuesta por un enfoque terapéutico basado en potenciar el llamado colesterol bueno o HDL. En su visita al Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), en Madrid, el experto de la Universidad de Columbia (EEUU) ha destacado que una de las asignaturas pendientes de los españoles sigue siendo la prevención.
La “siembra magnética” de células del paciente permitirá mejorar la biocompatibilidad de los implantes vasculares. Esta tecnología, desarrollada por ingenieros de la Universidad Politécnica de Madrid, dará respuesta a la limitada viabilidad de estos implantes y evitará posibles rechazos.
La exposición a bajas dosis de mercurio altera el funcionamiento de las arterias