¿Cómo responde la biodiversidad a las perturbaciones provocadas por el cambio climático? Jordi Bascompte (Girona, 1967), investigador en la Estación Biológica de Doñana (CSIC), estudia este fenómeno en su trabajo La robustez de la red de la vida frente al cambio climático. La investigación ha recibido 1,7 millones de euros por parte del Consejo Europeo de Investigación (ERC) y es uno de los 13 proyectos españoles beneficiarios de estas ayudas (conocidas como Advanced Grants).
Pinsapos, abetos comunes, encinas, robles albar y alcornoques son las especies que más sufrirán los efectos del aumento de temperaturas. A esto se añade la situación de los vertebrados, que verán su territorio aún más reducido a finales de siglo. Los datos se desprenden de un estudio sobre los efectos del cambio climático en la biodiversidad española presentado hoy en Madrid.
La mejora de las condiciones ambientales ha permitido la expansión de la nutria (Lutra lutra) en Andalucía en los últimos 20 años. Sin embargo, la recuperación de las poblaciones de este mamífero ha sido “relativamente” lenta, y en algunas zonas, los impactos de las actividades humanas impiden todavía la presencia de la especie.
Un equipo de científicos ha descrito dos crustáceos cladóceros, que podrían ser endémicos de la Península Ibérica, y que se hallaron en dos lagunas, una en la cuenca baja del Guadalquivir y otra en una dehesa de Extremadura. Ambos artrópodos podrían habitar en la actualidad en más regiones del área Mediterránea.
La teoría de los barridos selectivos, usada por los genetistas durante los últimos 35 años para explicar la evolución humana, ha sido desplazada por el modelo de los cambios “sutiles". Así lo revela un estudio internacional, realizado con la información genética de 179 individuos, que revela cómo los pequeños cambios son cruciales en las modificaciones en los fenotipos humanos.
El Consejo de Ministro ha aprobado hoy un Real Decreto que actualiza el Catálogo de Especies Amenazadas en España. El nuevo listado integra un total de 898 especies, lo que supone un incremento en el grado de protección de 327 respecto al catálogo anterior. El Gobierno contempla que un comité científico independiente revise y actualice este documento.
El uso ilegal de veneno representa una amenaza para la biodiversidad. En la última década, unos 7.000 seres vivos han muerto como consecuencia del uso de esta sustancia. Así ha ocurrido con 7 osos pardos, 40 quebrantahuesos, 114 águilas imperiales, 348 alimoches, 168 águilas reales, 638 buitres negros, 2.355 milanos reales y negros, y 2.146 buitres leonados. Son datos que se desprenden del I Encuentro para la Lucha contra el Veneno del Proyecto Life + Veneno.
Imagen de un oso pardo (Ursus arctos)