El potente rugido del mono aullador de América, que fascinó a Darwin, es su arma de seducción y de defensa: atrae a las hembras para el apareamiento y ahuyenta a sus rivales a kilómetros de distancia. Ahora, un nuevo estudio revela que los dueños de los aullidos más poderosos poseen gónadas de menor tamaño, y viceversa. No se puede tener todo en la vida, tampoco a la hora de competir sexualmente.
Hasta ahora se pensaba que los mamíferos macho producían espermatozoides de menor tamaño para aumentar su número. Pero un estudio demuestra lo contrario: no hay compensación entre número y tamaño de espermatozoides. Según los científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales, la cantidad de energía que cada especie dedica a la producción espermática varía. Por esta razón, hay momentos del proceso de fecundación en los que podría ser más importante el número y en otros el tamaño de los espermatozoides.
Desde hace años los expertos estudian posibles mecanismos para lograr un anticonceptivo masculino de larga duración que acabe con el reinado (y los efectos secundarios para la mujer) de los métodos hormonales femeninos. Investigadores japoneses parecen haber encontrado en la proteína calcineurina la vía para su desarrollo.
Los espermatozoides de la primera fase del eyaculado son más numerosos, se mueven más y presentan un ADN de mejor calidad que los más rezagados. Así concluye un estudio liderado por la clínica de fertilidad Ginemed, que afirma que mientras el objetivo de la primera parte es fecundar el óvulo, el de la segunda fase es que ningún espermatozoide de otro varón tenga oportunidad de fecundar.
Un trabajo llevado a cabo por investigadores de EE UU ha logrado dotar de más espermatozoides a los testículos de un ratón aplicando células de la dermis humana que fueron reprogramadas para que se comportaran como células precursoras del esperma. Los autores creen que en un futuro podrá ser posible trasplantar este tipo de células en los testículos de hombres con problemas de fertilidad.
Los cerebros de todos los varones no reaccionan igual ante sus niños. Un estudio realizado a partir de escáneres cerebrales indica que los hombres con menor volumen testicular están más implicados en los cuidados paternales. Los autores señalan que el tamaño de las gónadas tiene que ver con la producción de testosterona, y esta, con la energía que los machos invierten en la crianza.
Las autoridades británicas han dado luz verde a un innovador tratamiento genético para prevenir enfermedades mitocondriales. Se espera que el reglamento para estas técnicas de fecundación in vitro se termine a finales de este año. Hasta ahora, la legislación estipula que solo los espermatozoides y los óvulos no alterados pueden ser utilizados para los tratamientos de reproducción asistida.
El análisis del genoma de 78 familias islandesas ha permitido a un equipo científico descubrir que la edad del padre determina en su descendencia el número de mutaciones espontáneas o 'de novo', relacionadas con el autismo y la esquizofrenia según estudios anteriores. Cada año que cumpla el progenitor, el hijo tendrá dos mutaciones más.
La Universidad de Murcia (UMU) ha colaborado en un estudio que identifica dos patrones dietarios en las personas, "prudente" o "mediterráneo" y "occidental". La dieta "occidental" se caracteriza por el consumo elevado de carne roja, carne procesada, pizza, snacks, dulces y bebidas energéticas, mientras que la dieta "prudente" lo hace por el consumo elevado de pescado, fruta, verduras, legumbres y cereales integrales. La ingesta de esta última se asocia positivamente en los hombres con el porcentaje de espermatozoides móviles.
Una de cada siete parejas en el mundo tiene dificultades para concebir un hijo. Los expertos afirman que la infertilidad masculina explica casi la mitad de esos casos. Aunque a menudo se desconoce su causa, científicos del Instituto Pasteur de Francia han descubierto una alteración genética que afecta a la producción de esperma en hombres sanos.