A medida que se expande la inteligencia artificial en cada rincón de nuestras vidas, un cliché se consolida: el de representar visualmente estos sistemas como robots humanoides blancos, cerebros destellantes o con referencias a la ciencia ficción. Un grupo cada vez mayor de especialistas se opone a esta iconografía cargada de sesgos históricos sobre género, etnia y religión que genera expectativas poco realistas y enmascara los efectos sociales de estas tecnologías.
Mattel ha regalado sus famosas muñecas a 700 centros de primaria británicos dentro de un programa llamado Escuela de la Amistad Barbie. Según la empresa, está basado en investigaciones neurocientíficas para enseñar empatía a niños y niñas. Sin embargo, los críticos se muestran preocupados por la mercadotecnia manifiesta de la iniciativa, así lo afirma un artículo periodístico de investigación publicado en The BMJ.
El Ministerio de Ciencia e Innovación ha presentado un estudio sobre la situación de las jóvenes investigadoras en España. Entre las conclusiones destacan que los clichés de género en ciencia continúan influyendo en la elección de sus estudios y que durante la carrera investigadora, un 8,6 % de las encuestadas había sufrido acoso sexual.
Los estereotipos se forman a una edad temprana y varían según el género y la raza. Un estudio publicado por investigadores de la Universidad de Nueva York muestra que, aunque los escolares de su ciudad asocian la brillantez con hombres más que con mujeres, este prejuicio se revierte cuando la comparación es con personas negras. Además, el grupo étnico de los pequeños no influye en esta decisión.
Las imágenes y caracterizaciones que aparecen en las campañas navideñas de la televisión refuerzan los roles asignados a niños y niñas. Sin embargo, según un estudio de la Universidad Internacional de La Rioja, este tipo de anuncios en los nuevos medios como la red social Facebook tienen menos estereotipos de género que la detectada en los medios tradicionales.
Los principales periódicos españoles adjudican al pueblo gitano estereotipos próximos a la marginalidad al presentarlo como un grupo culturalmente diferenciado de la mayoría de la sociedad. Esta es una de las conclusiones de un estudio de la Universidad de Valencia que ha comparado textos de los diarios ABC, El País y La Vanguardia. En cambio, la investigación destaca que canales de internet como YouTube ofrecen a esta minoría la posibilidad de comunicar una imagen propia.
Un estudio de universidades españolas y de Chile indica que las personas sin techo creen que la población domiciliada tiene una imagen peor de su grupo que la que esta población dice que tiene, lo que puede tener consecuencias negativas en sus procesos de inclusión social.
A pesar de lo logrado en las últimas décadas, las mujeres no disfrutamos de las mismas oportunidades para trabajar que los hombres ni del mismo reconocimiento en relación a nuestra aportación profesional. La mirada al presente refleja injusticia para la mitad de la población mundial. Somos nosotras, sobre todo las jóvenes, el principal fermento de la justicia de género. La formación en el conocimiento científico nos da legitimidad para defendernos y desmontar los estereotipos negativos que inhiben nuestro empoderamiento.
Las películas españolas contemporáneas que están dirigidas a un público adolescente contribuyen a perpetuar la desigualdad de género, de acuerdo con una investigación publicada por la Universidad de Salamanca. Los roles reservados a los protagonistas masculinos y femeninos son sensiblemente diferentes y responden a estereotipos ya superados por la mayor parte de sociedad actual que, según los expertos, están en la raíz de la violencia de género.
En pleno siglo XXI, la sociedad sigue rechazando el liderazgo de las mujeres. Un estudio en miles de estadounidenses revela que entre mujeres con puestos de responsabilidad es más frecuente el estrés crónico; en cambio, no se dan los síntomas en hombres. Cuando ellas muestran la asertividad y confianza de los líderes fuertes, son juzgadas negativamente.