Primera evidencia de la formación de un planeta rocoso en un sistema Tatooine
El descubrimiento de siete planetas del tamaño de la Tierra orbitando alrededor de la estrella TRAPPIST-1 –tres de ellos situados en la zona de habitabilidad– nos confirma, una vez más, que la astrobiología tiene conexiones con la habitabilidad planetaria. El hallazgo ha abierto todas las puertas a la imaginación y a la especulación sobre la existencia de vida. Como expertos en astrobiología tenemos que ser cautos y no conjeturar hasta que no tengamos evidencias palpables de que alguno de los planetas tiene vida.
El año pasado se informó del descubrimiento de tres planetas potencialmente habitables y de dimensiones similares a la Tierra transitando la estrella TRAPPIST-1. Pero ahora se anuncia que no son tres, sino siete, los exoplanetas que giran alrededor de esa estrella enana y fría. Estos mundos templados, en los que puede haber agua líquida, se convierten en el objetivo prioritario para buscar vida fuera del sistema solar.
La prestigiosa revista Nature ha dado a conocer los diez científicos más destacados de 2016 y entre ellos figura Guillem Anglada-Escudé (Terrassa, 1979), profesor de astrofísica en la Universidad Queen Mary de Londres. Este astrónomo catalán ha liderado el descubrimiento de un planeta similar a la Tierra, llamado Próxima b, que orbita alrededor de nuestra estrella más cercana.
Después de mucho buscar, un equipo internacional de astrónomos liderado por científicos españoles ha encontrado el exoplaneta más cercano a la Tierra. Se llama Próxima b, su masa es parecida a la del nuestro, gira cada once días alrededor de la vecina estrella Próxima Centauri y está situado en la zona de habitabilidad, es decir, que podría albergar agua líquida y, potencialmente, vida.
El planeta natal de Luke Skywalker en La Guerra de las Galaxias era un mundo con dos soles, pero ahora los astrónomos han encontrado otro todavía más extraño: HD 131399Ab, situado en un sistema con tres estrellas a 320 años luz de la Tierra. Esta sorprendente observación sugiere que sistemas tan raros como este podrían ser más comunes en el universo de lo que se pensaba hasta ahora.
Exoplanetas ‘infantiles’ ofrecen pistas sobre la formación de planetas