La composición de los siete planetas que orbitan la cercana estrella TRAPPIST-1 es básicamente rocosa y, potencialmente, algunos podrían albergar más agua que la Tierra, según un nuevo estudio. Incluso algunos de estos exoplanetas podrían tener hasta un 5% de su masa en forma de agua volátil, aproximadamente 250 veces más que los océanos de la Tierra.
El James Webb, que será el observatorio más grande jamás lanzado al espacio, despegará en 2019 para observar en el infrarrojo las primeras galaxias, el nacimiento de las estrellas y la formación de sistemas planetarios. Su gigantesco espejo bañado en oro se prepara para viajar por el tiempo del universo.
CARMENES, un espectrógrafo visible e infrarrojo que opera desde el observatorio de Calar Alto (Almería), estudia una muestra de trescientas estrellas en busca de planetas similares a la Tierra. Tras estudiar siete sistemas planetarios, los primeros resultados confirman su perfecto funcionamiento.
Los siete exoplanetas que giran alrededor de la estrella enana y fría TRAPPIST-1 parecen no ser tan propicios para albergar vida como se creía. Dos nuevos estudios del Harvard-Smithsonian Centre for Astrophysics indican que la radiación intensa procedente del astro situado a 40 años luz habría arrasado las atmósferas de estos mundos rocosos.
Un estudio estadístico, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Valencia y la Politécnica de Madrid, revela que los exoplanetas con masas comprendidas entre 1 y 100 veces la masa de la Tierra presentan una gravedad de superficie sorprendentemente similar a la terrestre.
Con la ayuda de los telescopios espaciales Hubble y Spitzer, un equipo de astrónomos ha descubierto un planeta similar a Neptuno, pero más templado, con una atmósfera de hidrógeno y helio en la que se ha encontrado agua. La 'firma' del H2O ha permitido deducir su cantidad de metales pesados, y resulta que es menor de lo esperado, una información muy útil para los modelos de formación planetaria.
Después de los espectaculares descubrimientos de las siete ‘tierras’ alrededor de la enana roja TRAPPIST-1 y del exoplaneta Proxima b en torno a nuestra estrella más cercana, ahora llega el que podría ser el mejor candidato para buscar señales de vida fuera del sistema solar: LHS 1140b. Es una supertierra que orbita en la zona habitable de otra estrella enana roja cercana, a unos 40 años luz.
Representación artística del exoplaneta GJ 1132b que orbita alrededor de la enana roja GJ 1132. / MPIA
Gracias a la cámara del telescopio Kepler, la NASA ha podido grabar la primera imagen real del sistema extrasolar TRAPPIST-1, captando los cambios en la emisión de luz de su estrella. Los siete exoplanetas que giran a su alrededor provocan microeclipses imposibles de observar por el ojo humano.