Un equipo de paleontólogos ha descrito una nueva especie de dinosaurio carnívoro, a la que han denominado Tamarro insperatus, a partir de unos restos fósiles excavados en 2003 en la Conca Dellà, en Cataluña. Gracias a un hueso del pie han podido determinar que se trata de un troodóntido, un grupo de pequeños dinosaurios emplumados muy extendido por Norteamérica y Asia, pero desconocido hasta ahora en Europa.
Un estudio internacional en el que participa la Universidad de Granada ha permitido identificar una nueva traza fósil de estos animales en sedimentos marinos del Mioceno. Estos organismos, similares al gusano bobbit, medían unos dos metros de largo y tres centímetros de diámetro.
Aunque en la actualidad los camaleones poseen la lengua más rápida y elástica del reino animal, no fueron los primeros en desarrollarla. Un grupo raro de anfibios que vivió hace más de 100 millones de años ya capturaba a sus presas con una proyección explosiva de su lengua, como confirman los restos de tejido blando de una nueva especie conservada en ámbar.
Un equipo, con participación española, ha analizado las secuencias genéticas del cromosoma Y de neandertales y denisovanos, estrechamente relacionados evolutivamente con los primeros. Los resultados revelan, sin embargo, mayor similitud genética entre los neandertales y los humanos modernos, lo que deja a los denisovanos como un linaje de una raíz más antigua para este marcador genético.
La noche anterior a su extracción en un yacimiento de los Pirineos catalanes, los restos de Ogresuchus furatus fueron sustraídos y desaparecieron durante varias semanas. Una vez recuperados, su análisis ha revelado que se trata de una nueva especie de cocodrilo terrestre de tamaño relativamente pequeño que pudo alimentarse de crías de dinosaurio hace unos 71 millones de años.
El control paleontológico realizado durante las obras la construcción de una carretera de circunvalación en Sabadell, Cataluña, permitió el hallazgo de dientes fósiles de Deinotherium proavum, la mayor de las tres especies europeas de proboscidios extintos remotamente emparentados con los elefantes modernos. Su análisis revela ahora que son los más antiguos de Europa.
Un equipo de paleontólogos españoles y marroquíes ha hallado al noreste de Marruecos los restos de un roedor múrido de gran tamaño, mayor que el de los representantes actuales de su género. La nueva especie extinta, que vivió hace unos 2,6 millones de años, fue el último representante de su género en África.
Científicos del Instituto Geológico y Minero de España han hallado en el ámbar del yacimiento de El Soplao (Cantabria) savia fósil. Se trata de pequeñas gotas que forman unas texturas muy peculiares, conocidas como dobles emulsiones.
Un equipo de científicos ha descubierto la relación entre parásito y huésped más arcaica conocida, la de un tipo de braquiópodos –muy parecidos a las almejas– que conservan en sus conchas unos tubos que robaban su comida. El hallazgo retrasa los orígenes de esta práctica en más de 25 millones de años.
El hallazgo en una cueva búlgara de un molar y cuatro pequeños fragmentos óseos humanos, así como miles de huesos animales y un conjunto de piedras, herramientas y adornos de hueso, ratifican la presencia en Europa del Homo sapiens hace 45.000 años. Estos fósiles son la evidencia más antigua y directa de la llegada de los humanos modernos al continente.