Similar a una nutria o un hurón, este pequeño carnívoro con dientes muy punzantes habitó en lo que hoy es Madrid hace nueve millones de años. Los restos fósiles de cuatro individuos de esta nueva especie extinta han sido descubiertos en el yacimiento de Cerro de los Batallones en Torrejón de Velasco.
En 1990, un equipo de paleontólogos españoles descubrió en un yacimiento de Cartagena los restos fósiles de un babuino extinto, al que denominaron Theropithecus oswaldi. Ahora, científicos de la Universidad de Barcelona revelan por primera vez la dieta del primate más abundante del registro fósil del Pleistoceno africano.
Ikaria wariootia se parecía a un gusano hace más de 555 millones de años. Su hallazgo en el centro de Australia revela que es el predecesor de la mayoría de los animales actuales, incluyendo el ser humano, según un nuevo estudio.
El cuerpo blando de los renacuajos rara vez se preserva, por eso es difícil encontrar fósiles del anfibio en este estado de desarrollo. El análisis de unos restos hallados en Cuenca desvela el proceso de fosilización y que este ejemplar murió de forma violenta.
Molar inferior de 'Gigantopithecus blacki' estudiado con un tamaño de 13 milímetros. / Wei Wang, Theis Jensen.
Paisaje del área que rodea la cueva Chuifeng (China) donde fue encontrado el fósil. / Wei Wang
Un estudio, con participación española, ha recuperado la evidencia molecular más antigua sobre la evolución de los homínidos gracias a la reconstrucción de las proteínas del esmalte de un molar fósil del simio gigante extinto Gigantopithecus blacki de dos millones de años de antigüedad. Su análisis ha logrado resolver la duda de si perteneció o no al linaje humano.
Huellas de dinosaurios encontradas en varios países de Europa, muy similares a otras en Marruecos, sugieren que pudieron dispersarse entre los dos continentes por masas terrestres separadas por un mar poco profundo hace más de 145 millones de años.
Comparison between the two types of footprints. / Matteo Belvedere et al.
El hallazgo de fósiles de ojos de mosca de 54 millones de años de antigüedad ha revelado que un pigmento, al que han denominado eumelanina, está implicado en la visión de los ojos compuestos típica de los artrópodos. Este hecho supone que se deberá reevaluar lo que se conocía hasta ahora sobre la visión de los extintos trilobites, lo primeros con esta estructura compuesta.