La complementariedad entre coníferas (pinos silvestres) y frondosas (hayas) en el uso de los recursos disponibles, como el agua, puede aumentar el crecimiento de los bosques mixtos, formados por ambas especies, comparados con los bosques puros, aquellos integrados por una sola. Sin embargo, la escasez de lluvias reduciría esta ventaja en aquellas especies que, como el pino silvestre, no toleran la sombra, ya que el aumento de la competencia por el agua no les permitiría aprovechar la menor disputa por la luz.