En poco más de una década, los robots serán mucho más que herramientas que nos ayuden en las tareas domésticas, en las cadenas de montaje o en el aparcamiento de un vehículo. Estaremos tan ligados a ellos que comenzará una hibridación entre ser humano y máquina, con las consiguientes desigualdades sociales, económicas y culturales que generará esta dependencia. Así lo revela Antonio López (Málaga, 1965), catedrático de Trabajo Social y Servicios Sociales de la UNED, en su último libroLa brecha robótica. ¿Una nueva frontera en el siglo XXI?