Un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales revela indicadores efectivos para paliar los efectos de la grave enfermedad que está diezmando las poblaciones de anfibios en todo el mundo: la quitridiomicosis. Según sus resultados, la temperatura del agua y los niveles de la hormona cortisol son claves para la propagación de este trastorno causado por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis.