Dos investigadores del Centro de Regulación Genómica en Barcelona han descubierto un nuevo mecanismo por el que mutaciones en el gen BRCA1 pueden inducir el cáncer de mama. El trabajo, que publica la revista Cancer Research, explica el mayor crecimiento células cancerosas con defectos de BRCA1 a dos niveles: por el aumento de la cantidad de receptor de progesterona que se encuentra en las células y por su mayor efecto sobre la expresión de genes que activan la proliferación celular.
Los investigadores han demostrado que una progesterona sintética puede activar a la proteína RANKL dentro de las células mamarias, lo que impediría que mueran cuando deberían.
La ira provoca cambios en el estado de ánimo, aumenta la frecuencia cardiaca, la tensión arterial y la testosterona y disminuye el cortisol.
Una nueva investigación revela que la acción directa de la testosterona, la hormona masculina por excelencia, no es necesaria para la masculinización del cerebro. Investigadores de la Universidad de California (EE UU) han demostrado que la señalización de la testosterona no controla la diferenciación masculina del cerebro ni la conducta, pero sí la frecuencia y el alcance de los comportamientos típicos masculinos.
Investigadores cordobeses, coordinados por Manuel Tena-Sempere, han iniciado el proyecto europeo DEER: Developmental Effects of Environment on Reproduction, cuyo objetivo es analizar la influencia de los distintos factores ambientales en la salud reproductora y los mecanismos hormonales que intervienen.
El Consejo de Ministros ha aprobado hoy el Real Decreto que modifica la normativa anterior y que prohíbe definitivamente el uso en la cría de ganado de determinadas sustancias beta-agonistas para tratamientos terapéuticos y zootécnicos, como el 17-Beta-Estradiol. La utilización de productos alternativos garantizarán y protegerán la salud de quienes consumen carne.
Investigadores franceses acaban de descubrir la causa del 50% de los cánceres de mama esporádicos. Los resultados explicarían también los estudios epidemiológicos que sugieren que el tratamiento hormonal predispone a las pacientes al cáncer de mama. Las conclusiones de este estudio aparecen en el último número de la revista Cancer Research.
Según una investigación presentada en el Congreso Europeo sobre Obesidad, la exposición en el útero o durante la infancia a las sustancias químicas conocidas como disruptores endocrinos, utilizadas para fabricar productos como biberones, revestimientos de las latas de alimentos y algunos envoltorios y envases de plástico para alimentos, podría contribuir al desarrollo de obesidad. Estos disruptores mimetizan o alteran los efectos de las hormonas en el organismo.