Un estudio del CSIC sobre datos recopilados en Barcelona relaciona la acumulación de agua estancada en el sistema de saneamiento y en fuentes con un mayor número de estos insectos en áreas urbanas.
Un equipo del Instituto de Salud Global de Barcelona ha mostrado en una nueva investigación que el clima tuvo un papel importante en modular la transmisión del coronavirus durante las olas pandémicas en ambos hemisferios. Los autores del trabajo han utilizado métodos estadísticos y matemáticos para detectar asociaciones transitorias.
El mecanismo del botijo solo necesita agua, arcilla y un clima seco y caluroso para funcionar. Eso lo sabe bien el catedrático Gabriel Pinto, que en los 90 describió las ecuaciones del recipiente más castizo. Ahora, su alumna Carla Ortiz ha estudiado su aplicación en una vasija llamada pot in pot que se utiliza en África para conservar las verduras. Incluso refrigera los viales de insulina.
El 74% de la población mundial estará expuesta en 2100 a olas de calor mortales. Esta es la principal conclusión de una investigación de la Universidad de Hawái (EE UU) que ha descubierto el umbral en el que la temperatura y la humedad elevada se vuelven letales. Además, con los resultados obtenidos, los expertos han creado una aplicación web capaz de predecir el número de días al año en los que se producirán estos periodos de calor extremo en cualquier lugar del mundo.
Un equipo internacional liderado por un investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales ha demostrado que los sapos son capaces de detectar vibraciones de baja frecuencia. El estudio pone de manifiesto que los sapos tienen órganos especiales en el oído interno que les ayudan a saber cuándo pueden salir de sus refugios.
Cuando hay mucha humedad, los cristales que forman un copo de nieve adoptan formas fascinantes. En atmósferas secas, su apariencia es más sencilla, con prismas hexagonales. Lo que intriga a los científicos es por qué estos prismas se transforman en columnas o en cuerpos chatos cuando bajan los grados. Un equipo de investigadores de la Universidad Complutense de Madrid ha dado un paso más para descifrar el enigma.
Científicos de la Universidad de Salamanca han elaborado un nuevo sistema para monitorizar la sequía en el ámbito agrícola usando los datos de humedad del suelo que envía el satélite SMOS de la Agencia Espacial Europea. El trabajo supone un avance en esta campo, ya que hasta ahora la única información que permite realizar una evaluación científica de la sequía está basada en datos climáticos indirectos.
Ingenieros de la Universidad Pública de Navarra han diseñado unos sensores de humedad con propiedades antibacterianas. Se pueden aplicar para combatir la proliferación de microorganismos en entornos de muy alta humedad, como hospitales e industrias alimentarias.
Los cambios sufridos por las esporas de bacterias que absorben la humedad han permitido el desarrollo de los dos primeros motores que funcionan gracias a la evaporación. Uno de ellos, con forma de cubículo cerrado, ha servido para iluminar una bombilla. El segundo es una rueda autoimpulsada con la que se ha podido mover un coche en miniatura de 100 gramos.