Los diccionarios equiparan palabras como “amor” y “love”, pero la forma de describirlo varía mucho entre idiomas. Un estudio compara el significado de 24 de ellas en 2.474 idiomas de 20 familias. Los resultados muestran que los sentimientos son menos universales de lo que parece, y que su variación lingüística depende de la proximidad geográfica.
Expertos del centro de investigación vasco BCBL han demostrado por primera vez que la forma en la que se conecta la actividad de dos cerebros depende de si el diálogo tiene lugar en la lengua nativa o en una extranjera.
¿Es el idioma que hablamos el que modela nuestra forma de pensar, o el ser humano piensa de determinada forma por naturaleza? En Through the Language Glass, Guy Deutscher defiende con fiereza y humor la primera hipótesis.
Los niños disléxicos que aprenden a la vez un idioma que se pronuncia como se escribe –como el castellano– y una segunda lengua en la que la misma letra puede tener varios sonidos –como el inglés– sufren menos esta alteración cuando leen o escriben en este último idioma. Los autores del centro de investigación vasco BCBL advierten de que no se trata de ninguna cura, solo se han disminuido algunos de los síntomas.
Un estudio de la Universidad de Jaén evidencia los beneficios del bilingüismo en el desarrollo de la competencia lingüística en inglés y en el aprendizaje de asignaturas de contenido, así como la ausencia de repercusiones negativas sobre la lengua materna. La investigación realiza un análisis cuantitativo y cualitativo de los programas bilingües en contextos monolingües y abarca Andalucía, Extremadura y Las Palmas de Gran Canaria.
Un equipo internacional de investigadores, con participación de la Universidad de Córdoba, ha utilizado un modelo gramatical complejo para analizar los procesos de formación de nuevas palabras, algo que ocurre en todos los idiomas y que permite que las lenguas sigan vivas.
Una investigación internacional con participación de la Universidad Autónoma de Barcelona ha concluido que en más de treinta lenguas diferentes los niños aprenden expresiones que denotan cantidad, como “unos cuantos” o “todos”, de manera similar y predecible, siguiendo un mismo orden.
Investigadores de varias partes del planeta han ayudado a resolver uno de los misterios del mundo antiguo que más ha perdurado: por qué los habitantes de Madagascar hablan malgache, una lengua malayo-polinesia, región situada al menos a 6.000 km de distancia del país insular. Por primera vez, los científicos han hallado evidencias arqueológicas de que los colonos del sur de Asia llegaron a la isla hace más de mil años.
Un estudio demuestra por primera vez que los bilingües se apoyan en indicadores no verbales –relacionadas con el contexto, como el conocimiento previo sobre el interlocutor– para anticipar el idioma en el que hablará la otra persona y así poder iniciar antes sus procesos de activación cerebral. No obstante, este mecanismo varía en función de la edad con la que el bilingüe ha aprendido el segundo idioma y el nivel que ha alcanzado.
Los individuos que aprenden inglés como segundo idioma desarrollan una estructura de la materia blanca del cerebro similar a la de los bilingües. Los resultados indican que tanto unos como otros mejoran la cobertura de mielina, la responsable de garantizar la transmisión de conocimiento. Estos beneficios pueden darse hasta en edades adultas –independientemente del uso continuado de la lengua–.