Investigadoras de las universidades de Granada y Jaén han comprobado que un tratamiento basado en la exposición al propio cuerpo, utilizando un espejo, tiene efectos muy beneficiosos para las mujeres. Han logrado reducir sus niveles de ansiedad y depresión, aumentar sus sentimientos de belleza y reducir el malestar que les genera la visión de su propio cuerpo